Desde 1997, el PRD llegó al poder en la mayoría de las jefaturas delegacionales del D.F., luego de más de 60 años de gobiernos priístas.
De ese tiempo a la fecha, las distintas administraciones delegacionales perredistas se fueron afianzando a base de clientelismos con diversos grupos sociales y prácticas corruptas al interior de su organigrama burocrático y en sus relaciones con la ciudadanía, al grado de que actualmente el deterioro de la imagen de este partido es más que evidente.
Cuestionados severamente ante la opinión pública, los gobiernos de extracción perredista se han ido desgastando en medio de acusaciones provenientes de las mismas filas de este partido y de diferentes sectores ciudadanos duramente golpeados por la corrupción que los gobernantes provenientes de este partido han ejercido en esta demarcación durante los últimos 15 años.
Extorsiones a sus mismos empleados, a la clase empresarial y prestadores de servicios, así como a la totalidad del ambulantaje que han producido insultantes enriquecimientos ilícitos de no pocos funcionarios de esta demarcación, han sido el sello distintivo de estos gobiernos del sol azteca, sin dejar a un lado las malversaciones, desvíos de recursos públicos y fraudes al erario cometidos por la mayoría de los más altos directivos de esta jefatura delegacional sureña.
En este contexto, el comité directivo delegacional del PRI en Xochimilco prácticamente desapareció durante todo este tiempo, ya que fue olvidado por su comité ejecutivo nacional, al grado de que su presencia política y social en esta entidad fue casi nula.
Ahora, el PRI parece haber retomado una fuerza inusitada con un exponente que ya está representando un contrapeso preocupante para el partido en el poder, el PRD.
Se trata de Sergio Flores Ríos, conocido político xochimilquense que podría aglutinar a todos los grupos y aspirantes priístas que se disputan la candidatura a la jefatura delegacional de Xochimilco, luego de haber logrado concentrar a más de 2500 militantes de ese partido el pasado 11 de enero.
Si estos militantes aprovechan la coyuntura política que se les presenta al contender con un PRD ya desgastado por sus mismos actos de corrupción en agravio de la ciudadanía, fácilmente podrían obtener el triunfo electoral este próximo 1 de julio y retornar a la jefatura delegacional que dejaron hace ya casi 15 años.
De la unión de los priístas alrededor de este aspirante, Sergio Flores Ríos, que parece ser el mejor posicionado, depende la derrota inminente del PRD, que ya decidió elegir a Miguel Ángel Cámara Arango, quien durante el último trienio delegacional fue titular de la Dirección General de Servicios Urbanos y es señalado por un sector importante de la ciudadanía xochimilca como uno de los principales responsables de fomentar asentamientos irregulares e invasiones a zonas ecológicas al permitir que el personal que ha estado adscrito a esta dirección de Servicios Urbanos instalen tomas de agua clandestinas en dichos asentamientos, provocando un daño grave al ambiente y al patrimonio ecológico y cultural de los pueblos y barrios xochimilquenses, cobrando entre 15 y 20 mil pesos por toma clandestina a los invasores de estas zonas.
El haber elegido a un candidato equivocado, desprestigiado y con un historial de corruptelas bastante amplio, le puede costar la jefatura delegacional al PRD, siempre y cuando el PRI cierre filas y fortalezca a su exponente, que podría ser Sergio Flores Ríos, por el poder de convocatoria que demostró el pasado 11 de enero. De ser así las cosas, el PRD podría estarse ya despidiendo de la ciudadanía xochimilca, luego de 15 años de corrupción desenfrenada.