Guillermo Pimentel B.
La actual VI Legislatura de la ALDF, le echó la bolita a los diputados de la VII Legislatura para que decidan qué hacer con Yasmín Esquivel Mossa, como Magistrada de la Sala Superior del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, pues como se dio a conocer públicamente, se le involucra en un conflicto de intereses.
Cabe recordar que como presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal (TCADF), Yazmín Esquivel Mossa frenó un juicio de nulidad contra la construcción de la Supervía Poniente, obra en la que su esposo, el proyectista de los segundos pisos en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, José María Riobóo, participó.
Durante año y medio, el juicio interpuesto, en agosto de 2011, por vecinos afectados por la construcción de la vialidad, quedó detenido y a la fecha, no se ha dictado sentencia, pero la obra ya está terminada y en operación.
Aún con estos y otros antecedentes más contundentes –que dio a conocer un columnista-, la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), de la extinta VI Legislatura, ratificó provisionalmente a Esquivel Mossa como Magistrada de la Sala Superior del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, y será el Pleno de la VII Legislatura quien la ratifique.
La Magistrada –según protegida de Manuel Granados- rindió protesta ante los representantes de las diversas fracciones partidistas que conforman esta Comisión, quien de acuerdo con el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal en su Artículo 42 Fracción 24, faculta a la Asamblea Legislativa a: “ratificar los nombramientos que el Jefe de Gobierno del DF haga de los Magistrados del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del DF”.