La captación de agua de lluvia puede ser una de las soluciones para enfrentar el reto que plantea la disponibilidad del líquido en diversas regiones del país. El doctor Luis Marín, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) ha señalado que: “Cada temporada se presentan lluvias relámpago que ocasionan inundaciones, mientras en lugares como Iztapalapa (en el Distrito Federal) hay casi dos millones de personas sin agua. Si logramos capturar el 50% del agua de lluvia, las probabilidades de inundación se reducen porque no se satura el drenaje y se puede aprovechar al hacerla potable”.
Antes de que creciera tanto la mancha urbana, una parte del agua se infiltraba al subsuelo, y otra se iba por la superficie buscando algún encause. Con la urbanización, el agua ya no se puede infiltrar. Toda el agua escurre de manera mucho más rápida a los lugares bajos y causa inundaciones al saturar los sistemas de drenaje.
“Tenemos que conocer, de acuerdo con el sitio donde se viva, cuál es la calidad del agua. En el norte de la ciudad de México cerca de la zona industrial, probablemente el aire se encuentre mucho más contaminado que en el sur, por lo que yo no recomendaría captar esa agua de lluvia, y sin tratamiento alguno usarla”, ha señalado el ex coordinador de la Red del Agua de la AMC.
Nacen proyectos innovadores
Enrique Lomnitz y David Vargas, quienes encabezan la asociación civil Isla Urbana, han puesto en marcha en la ciudad de México el sistema de cosecha de agua de lluvia. Una solución sustentable que podría garantizar el acceso de agua para uso cotidiano, como lavar ropa, trastes y limpieza en general e incluso bañarse.
“Algunos proyectos son cofinanciados con becas, aportaciones de instituciones y autoridades porque nuestra misión es masificar la captación de agua de lluvia. En Tlalpan hemos instalado más de mil sistemas. El costo por su instalación varía por delegación, por ejemplo, en Xochimilco, tiene un precio de 3 mil 500 pesos por casa, esto es el 25% del total”, comentó David Vargas.
En la ciudad de México más del 65% de las casas tienen los elementos esenciales para instalar el sistema de cosecha de agua de lluvia: una cisterna, una bomba y un tinaco. Por eso, esta asociación generalmente contribuye con el Tlaloque (una tecnología 100% mexicana y que consiste en separar los primeros 10 minutos del agua de lluvia, que es la más contaminada), un par de tubos y dos filtros; uno es sedimentador y el otro de carbón activado.
“Nuestra visión es replicar el modelo en diferentes delegaciones como Iztapalapa, y luego en otros estados con problemas de abasto de agua como Guadalajara. El requisito indispensable para implementar el sistema es una precipitación pluvial arriba de 500 mililitros al año. Con 30 metros cuadrados de techo se pueden obtener aproximadamente 30 mil litros de agua al año, que pueden rendir hasta seis meses”, explicó Vargas.
En el marco del Día Mundial del Agua, una de cada seis personas a nivel global no tienen acceso a ninguna fuente de agua limpia. Experimentos como la cosecha de agua de lluvia podrían representar una posible solución a largo plazo para abastecer las necesidades domésticas, industriales y de comercio en algunas regiones del país. Además de atenuar los problemas de inundaciones y la sobreexplotación de agua subterránea.