Con frecuencia, al leer el material que se les asigna, los estudiantes de licenciatura cometen errores de interpretación o no logran captar la relevancia de esa información en su actividad profesional.
En consideración a esas deficiencias, investigadoras de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM desarrollaron el programa Lectura inteligente: Leyendo psicología, un software educativo, cuyos contenidos están encaminados a la fluidez, comprensión y alfabetización profesional.
Rosa del Carmen Flores Macías, responsable del proyecto, indicó que mediante el programa se vuelven capaces de hacer una lectura más eficiente, y logran una comprensión más compleja de los textos en menos tiempo.
Se trata de un recurso tecnológico accesible y eficaz que apuesta al desarrollo de la competencia de jóvenes de los primeros semestres; la meta es que al menos logren leer 300 palabras por minuto y comprendan el 80 por ciento de los contenidos, “además de compenetrarse en las actividades profesionales de la carrera de Psicología”.
El objetivo es que logren cambios positivos en la comprensión y la fluidez, así como ampliar sus conocimientos teórico-metodológicos, y del ejercicio profesional de su área.
Esta herramienta está constituida por dos módulos: el del lector, integrado por dos evaluaciones, diagnóstica y final, y seis lecciones con un promedio de 25 ejercicios, que los participantes desarrollan al trabajar 20 horas, y el módulo asesor, mediante el cual los profesores pueden seguir y retroalimentar el avance de los participantes, para lo cual cuentan con un manual que les orienta.
Las actividades crecen en dificultad y favorecen que los participantes se vuelvan capaces de hacer una lectura cada vez más compleja, explicó Flores Macías.
Se trata de una propuesta específica a las necesidades de un lector, en este caso, el estudiante que ingresa a la FP, “necesita aprender a leer de otro modo, para integrarse a la cultura de los psicólogos; a esto le denominamos alfabetización o literacidad profesional”.
Los recursos lectores con que cuenta un estudiante al ingresar a ésta o cualquier otra facultad, resultan insuficientes; “sí han sido apropiados para llegar hasta la Universidad, pero una vez en esta etapa inicia otro proceso, a partir del cual debe aprender a leer los textos de su área. Necesitamos apoyarlo, ayudarle a desarrollar la mayor capacidad posible”.
Por otra parte, “tenemos lectores con dificultades; a veces no llegan con los recursos suficientemente desarrollados como para responder a la demanda que implica la instrucción de una carrera; en promedio, un buen alumno en la FP debe leer, mínimo, 150 cuartillas a la semana”.
Los jóvenes empezaron a emplear esta herramienta en 2011, y a partir de 2012, forma parte de las actividades de apoyo institucional para los de primer ingreso, así como del Programa Institucional de Tutorías; los resultados han sido satisfactorios para los alumnos, quienes reportan cambios positivos en sus destrezas lectoras, y para los docentes, que identifican en ese recurso, un apoyo eficaz.
Es eficiente, de autogestión de los procesos de lectura; se adapta a las necesidades y posibilidades de cada uno. Apuesta al desarrollo de esa capacidad. Los buenos lectores y quienes tienen escasa comprensión tienen un potencial a desarrollar; precisamente el programa está encaminado a apoyar esa habilidad, reiteró.
Además, es dinámico; “si los usuarios detectan que podría mejorar trabajamos en ello e incorporamos cualquier cambio propuesto”.
Este software, aclaró, nada tiene que ver con los programas de lectura rápida que se promueven en los medios. “Tienen una eficacia muy limitada, pues lo que hacen es hacer eficientes los mecanismos perceptovisuales del lector, con lo que se logra una comprensión superficial del tema, sin aprender a reflexionar sobre el texto y a expresar una idea en torno a él”, concluyó la universitaria.