El mundo como lo conocemos hoy tiene como motor principal la energía, por lo que el tema que ocupa a los científicos, tomadores de decisiones y la sociedad en general es de dónde la obtenemos. El sistema que hemos utilizado hasta ahora está basado, principalmente, en el uso de los recursos fósiles, que no solo es limitado, sino que ha generado problemas al medio ambiente. Por lo anterior, se analiza el empleo de otras fuentes que sean ilimitadas y que no causen grandes impactos ambientales.
El doctor Claudio Estrada, quien participó en el Taller de integración Global-Regional sobre energía sostenible, organizado por el International Council for Science (ICSU por sus siglas en inglés), realizado en las instalaciones de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), explicó que entre los puntos que se trataron durante esta reunión destaca el de la inminente transición a las energías sustentables.
“Los crecimientos del uso de energía fotovoltaica y eólica, son exponenciales, esto obedece a una clara política de algunos países de apoyar esas tecnologías y armar programas sociales para la penetración en sus poblaciones, me estoy refiriendo a países como los europeos, pero la tendencia mundial es hacia las energías renovables”, dijo.
Desde luego que es muy difícil hacer la transición, añadió el miembro de la AMC, porque la inercia del sistema de hidrocarburos es muy grande. El 80% del uso final de energía mundial son hidrocarburos, solo el 20% son otras fuentes como la energía hidráulica o la nuclear. Cambiar este sistema a un 80% renovable y solamente un 20% fósil, nos va a llevar todo el siglo.
Estrada explicó que hay proyectos de prospectiva energética en el que vislumbra un mix energético a mediados de este siglo de un 50% fósil y un 50% renovable. Se plantea, además, que dentro de cien años la energía va a provenir principalmente de fuentes renovables, en donde la solar será la predominante.
“Hacia el 2050 vamos a tener en el mundo un mix energético, los fósiles van a estar pero también la bioenergía, la solar, la eólica, la oceánica. Esto se debe principalmente a la investigación científica y tecnológica en el tópico de energías renovables, por ejemplo, celdas solares de alta eficiencia, actualmente hay una actividad importante para bajar los precios de las celdas solares y subir su eficiencia, entonces hay un movimiento importante de investigación y desarrollo. Sí, creemos que desde el lado científico podemos hacer aportaciones importantes a las energías sustentables”, precisó.
Explicó que otro de los puntos a destacar es la necesidad de generar bases de datos que estén disponibles a la comunidad científica sobre los recursos renovables, es decir, un mapeo de recursos renovables a nivel global. Pero no solamente registrarían los recursos disponibles, también es necesario asociarlo a las necesidades locales, la información social y también la información tecnológica, esto es, qué tecnologías pueden ser utilizadas en estas regiones.
Otra de las conclusiones a las que llegó el grupo de expertos provenientes de casi una veintena de países, de las tres oficinas regionales que conforman a ICSU, fue la necesidad de formación de recursos humanos en todos los niveles, desde el intercambio de estudiantes de posgrado, maestría y doctorado, como de licenciatura.
También se reconoció la necesidad de implementar proyectos enfocados a la educación al público sobre la utilidad y la necesidad de transformar el sistema energético actual a un sistema sustentable energéticamente hablando. El actual que tenemos, afirmó, no lo es y entonces hay una gran oportunidad para la investigación científica y tecnológica en energías renovables para resolver estos problemas.
Estas primeras conclusiones serán la base para la siguiente reunión a efectuarse en Kenya, África, en la cual definirán las acciones concretas que esta red de academias científicas que conforman a ICSU, a través de sus tres diferentes oficinas regionales (América Latina y El Caribe, Asia Pacífico y África) llevarán a cabo en este tema.
En este primer taller, detalló, hicimos un ejercicio de planeación para las actividades que ICSU, a través de sus tres oficinas regionales, va a tener que implementar a nivel global para promover la investigación para el desarrollo y la formación de recursos humanos en el ámbito de las energías sustentables.