En la plenitud del invierno mexicano, una gigantesca cortina natural pigmenta de naranja los bosques de oyamel en los estados de México y Michoacán. Los santuarios de la mariposa Monarca, considerados entre las cuatro bellezas naturales reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en suelo nacional, cuentan ahora con una estrategia más de protección, que permitirá identificar las plagas que descortezan sus árboles.
Con la tesis de licenciatura “Evaluación del estrés hídrico en Abies religiosa (Coniferophyta: Pinaceae) mediante el uso de fotografía aérea infrarroja, en la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca”, Pablo Leautaud Valenzuela, del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM, desarrolló un método para detectar plagas forestales en ese reservorio.
“Esta técnica hace uso de fotografías aérea infrarrojas (IR), con la que es posible percibir el estrés hídrico en el follaje de oyamel, que por lo general se asocia a una infección por plaga forestal. Con estas imágenes se tiene una perspectiva completa del paisaje, y con sus propiedades espectrales se puede distinguir entre una vegetación sana y otra que no está en esa condición, sea por algún patógeno, plaga o daño físico; con esta percepción remota es más fácil localizarla de manera eficiente y relativamente a bajo costo”, explicó.
El Método
Cada año, entre noviembre y marzo, las mariposas Monarca (danaus plexippus) encuentran en los bosques mexicanos las condiciones para desarrollarse y aparearse: altitud, temperatura, humedad y exposición a los rayos solares. Por ello, es prioritario proteger su hábitat del descortezador del oyamel.
“Aunque aún no es un problema grave, se empiezan a notar brotes considerables, por lo que este método, comparado con el que usa actualmente la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), que es el sobrevuelo en helicóptero, ofrece mayor eficacia al momento de detectar la plaga, hasta del 100 por ciento”, subrayó.
El levantamiento aéreo fotográfico IR lo realizan el Fondo Monarca y el IGg, junto con la World Wide Fund for Nature (WWF), que proveen las imágenes para después corregir colores, georreferenciarlas, crear un mosaico y, a la postre, extraer la información.
Asimismo, precisó que el desarrollo del método se limitó al área norte de la reserva, en la Sierra Chincua; el muestreo se realizó en un recuadro de dos mil hectáreas. “Elegimos ese sitio porque tenemos un gradiente altitudinal considerable, parte cae en zona núcleo, parte en amortiguamiento, es un bosque conservado típico, representativo del resto de la vegetación”.
El proyecto se encuentra actualmente en evaluación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) para ser aplicado en toda la reserva, pero según Leautaud, “puede extrapolarse a otras regiones de México, como el Sistema Neovolcánico, donde existe una población considerable de oyamel”.
La tesis del universitario fue reconocida en el Concurso Nacional de Trabajos Recepcionales y de Titulación sobre Bosques y Humedales 2011 de la CONANP, con el tercer lugar en la categoría de Conocimiento.
Scolytus mundus
El descortezador del oyamel (Scolytus mundus), que también afecta las poblaciones del cerro de las Cruces y del Parque Nacional Izta-Popo, tiene una relación estrecha con el impacto de las actividades humanas, pues se observa un patrón de ataque en áreas fragmentadas o deforestadas, indicó el estudiante del IGg.
“En nuestra zona tenemos aproximadamente 180 árboles plagados, hubo una tendencia a que la mayoría se encontrara en la región núcleo. En realidad, el daño es poco si se compara con Canadá, donde las infecciones son de millones de hectáreas. La plaga es un organismo endémico, no introducida, ni es una especie invasora; es parte de la naturaleza”, precisó.
Leautaud cuenta con una aliada: una cámara réflex, con la que escruta el firmamento y los desplazamientos de las aves. “Inicié con la fotografía como pasatiempo, pero es una herramienta muy útil para la biología y su divulgación. Las aves son muy fotogénicas, estéticamente agradables, te ofrecen mucha flexibilidad desde ese punto de vista, se puede jugar mucho con las exposiciones y los enfoques”, concluyó.