Caracterizada por producir manchas blancas en algunas zonas de la piel como cara, brazos, manos, piernas y pies, el vitíligo es una enfermedad causada por el mal funcionamiento de los melanocitos, células responsables de la pigmentación, afirmó Rosa María Ponce Olivera, profesora titular del Posgrado en Dermatología de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

Quienes la padecen deben cuidarse de la exposición a los rayos solares, pues las manchas cutáneas carecen de la protección natural de la melanina.

El vitíligo también es frecuente en genitales, rodillas, codos y axilas, regiones más fáciles de ocultar tanto del Sol, como del estigma social.

Los principales efectos son emocionales, pues los pacientes acumulan estrés y frustración ante un padecimiento visible y se sienten discriminados por su aspecto físico, destacó Ponce Olivera, también jefa del Servicio de Dermatología del Hospital General de México de la Secretaría de Salud.

“Es una enfermedad común y no tiene por qué estigmatizarse a quien la padece”, subrayó la dermatóloga.

Se cataloga en las discromias, o afecciones con pigmento, grupo al que pertenece el paño o melasma, caracterizado por el exceso de pigmento, mientras el vitíligo implica una disminución del color.

Origen multifactorial

El origen es multifactorial. El genético es importante, pues se presenta en familias por varias generaciones. También se asocia con enfermedades endocrinas, como la diabetes tipo uno (insulinodependiente), el hipertiroidismo y el hipotiroidismo, así como con un tipo de anemia, llamada perniciosa.

Otros factores son el estrés y la reacción psicológica a algunos hechos, comentó Ponce Olivera. “Después de un evento traumático es común que el paciente lo desarrolle. Un accidente, la muerte de un ser querido o un asalto son traumatizantes y pueden causar la pérdida del color en algunas zonas”, destacó.

Tratamiento

Las medicinas que se usan para controlarlo son untadas y orales. “También la fototerapia, que da radiaciones muy controladas de luz ultravioleta A y B para estimular la generación del color”, precisó.

Este método permite estimular la producción de melanina que se ha perdido, detalló la especialista, quien enseña fototerapia a los estudiantes de esta especialidad en el posgrado de la FM que se ofrece en el Hospital General de México.

“En una biopsia, lo que se ve en una piel afectada es que el melanocito, la célula del color que forma la melanina, está con un fenómeno inmunológico, inflamado o destruido. Para eso sirven los medicamentos, que regulan esa inmunidad y la producción de melanina”.

No es reversible, pero sí es controlable. Incluso hay maquillajes cosmocéuticos –es decir, que combinan lo cosmético y lo farmacéutico— que facilitan disimular las marcas en sitios como el rostro.

“En el tratamiento es importante la asistencia de un psicólogo, para que no cause más angustia en el paciente, que pueda generar que aumenten las manchas. No es infecciosa ni contagiosa, pero está estigmatizada socialmente”, reconoció.

Mal de Pinto, otra enfermedad

Aunque con frecuencia se les confunde, el vitíligo y el Mal de Pinto son distintas, aclaró la dermatóloga. Esta última es una infección causada por la bacteria Treponema carateum, y es frecuente en regiones que colindan con el Río Balsas, como Guerrero y áreas de Michoacán.

“Casi no lo vemos en la Ciudad de México. Se aprecia en ambas entidades federativas. Se caracteriza por la presencia de algunas manchas blancas y otras más oscuras en la piel. Es ocasionada por una bacteria espiral, un treponema primo del que produce la sífilis”, señaló.

Si se detecta y se trata en estado inicial, el Mal de Pinto puede curarse, porque las marcas no se han desarrollado y lo que se distingue son piquetes de insecto, pues lo transmite un mosco.