La Estación de Biología Chamela (EBCh), ubicada en Jalisco, a cargo del Instituto de Biología (IB), contribuye con un tercio del conocimiento mundial sobre las selvas secas, lo que hace de ella el sitio con mayor aportación a la comprensión de esos hábitats.

Resalta la formación de recursos humanos y la presencia de estudiantes no sólo de la UNAM, sino de otras instituciones, como las universidades de Colima y Autónoma de Guerrero o de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. También se brindan servicios y se hace difusión.

En la Sala de Usos Múltiples, el director del IB, Víctor Sánchez Cordero, sostuvo que la Estación es uno de los dos sitios mejor estudiados del país desde el punto de vista biológico, y uno de los mejor conocidos del mundo. El otro está en Los Tuxtlas, Veracruz, donde esa entidad universitaria tiene otro espacio científico.

Chamela es “una joya de la corona” de las áreas protegidas de México: por su excepcional riqueza biológica y endemismo, por la calidad de su investigación científica y de su infraestructura, y por promover el trabajo interinstitucional.

El director anunció que se llevará “más UNAM” a Chamela. Con el Instituto de Energías Renovables y el Programa Universitario de Medio Ambiente, se planea instalar paneles solares para hacer sustentable a la EBCh y con el Centro de Ciencias de la Atmósfera se colocará una estación de monitoreo ambiental, para medir la captura de polen y carbono.

Con las facultades de Medicina, Medicina Veterinaria y Zootecnia, y Odontología, se organizarán brigadas para dar servicio a los pobladores de la región. En tanto, la Biblioteca servirá como centro de información para escuelas de diferentes niveles, expuso.

El jefe de la Estación, Jorge Vega, explicó que la cantidad, variedad, fineza y sofisticación de las investigaciones que se realizan han sido exitosas. “Vamos por buen camino”. Sin embargo, se requiere dar mayor énfasis a los estudios sociales, la divulgación y educación ambiental e incrementar las actividades de vinculación. Asimismo, se debe avanzar en la demarcación de los linderos del predio, entre otros pendientes.

Historia

La historia de la sede universitaria en la costa jalisciense se remonta a más de cuatro décadas, en 1971. Entonces la superficie fue donada a la UNAM, con un terreno selvático inicial de mil 600 hectáreas. Aún sin instalaciones, los primeros biólogos comenzaron a visitar y conocer el sitio.

En 1993, la entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos donó otras mil 751 hectáreas, que duplicaron el área de la Estación a poco más de tres mil 300 hectáreas. Esto convierte a la EBCh en la propiedad más grande de la Universidad Nacional.

Su riqueza natural es enorme e invaluable. El bosque tropical caducifolio (también conocido como selva baja caducifolia, bosque seco, bosque seco estacional o selva seca) es uno de los ecosistemas tropicales más diversos en América, pero también uno de los más amenazados, pues en el continente sólo dos por ciento permanece intacto.

En este bosque se han registrado mil 200 especies de plantas vasculares, 314 de ellas endémicas de México y 112 sólo para este sitio. La planta llamada Chamuelense fue descubierta para el mundo de la biología en la Estación.

A ellas se suman 19 especies de anfibios (11 endémicas); 68 de reptiles (31 endémicas); 269 de aves (18 endémicas); 70 de mamíferos (19 endémicas), incluidas 34 de murciélagos, 16 de carnívoros y 13 de roedores, aunque también se han registrado poblaciones importantes de tlacuachines, pecaríes, coatíes y venados.

De igual manera, se ha detectado la presencia de los seis felinos de México: ocelote, tigrillo, lince, jaguarundi, puma y jaguar. De hecho, en los últimos meses se han capturado dos pumas, un jaguar y varios ocelotes, a no más de tres kilómetros de la Estación, que han sido marcados con radio-transmisores para su monitoreo. Además, se determinó, por primera vez, la presencia del lince en selva baja.

Aunque es uno de los sitios de selva baja mejor estudiados, aún quedan muchos grupos por explorar, como los insectos, cuya diversidad es mayor que la examinada actualmente. Tan sólo de artrópodos se conocen más de dos mil 200 especies.

Todo este conocimiento generado en la Estación sirvió para justificar la creación de la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala, en 1993; de ésta, el espacio a cargo de la UNAM forma parte del “área núcleo”. La zona, que comprende 13 mil 142 hectáreas, está incluida en la Red Mundial de Reservas de Biosfera (MAB) de la UNESCO; además, es considerada de importancia internacional para la conservación de los humedales, dentro del convenio RAMSAR.

Crecimiento

Desde sus inicios, sus instalaciones –compuestas por laboratorios, dormitorios, cocina, comedor, casas de sombra para crecimiento y propagación de plantas y una estación climatológica- han crecido y mejorado y a partir de este 2013, la comunidad cuenta con una nueva construcción que alberga al Salón de Usos Múltiples, la Biblioteca y la Sala de Lectura.

La infraestructura y servicios que ofrece facilitan el trabajo de campo, laboratorio y gabinete. De hecho, existen muy pocas estaciones de campo en Latinoamérica que tengan instalaciones y laboratorios equiparables.

En más de 40 años de vida, aquí se han producido 679 artículos y 408 tesis de licenciatura, maestría y doctorado. De 1995 al 2012, además de investigadores y estudiantes de la UNAM, en este espacio han realizado sus trabajos integrantes de 43 universidades e institutos nacionales y 58 instancias internacionales.