En las costas del Mar Caribe y del Golfo de México es frecuente encontrar praderas submarinas formadas por plantas muy semejantes a los pastos terrestres. Las hojas del constructor más importante de esta pradera, la especie Thalassia testudinum, producen un sedimento muy fino, “limo de carbonato”, esencial para formar los bancos de sedimentos (arena) en playas de los mares tropicales.

Este hallazgo lo han descubierto la investigadora Susana Enríquez Domínguez y la becaria postdoctoral Nadine Schubert, de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales Puerto Morelos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM.

El estudio, que difunde hoy la revista Nature Communications, resuelve el misterio del origen de los cristales más pequeños de carbonato de los depósitos de sedimento calcáreo de los océanos tropicales.

Zanjan misterio

Por más de 100 años, los científicos de esa especialidad han dividido opiniones entre quienes sostienen que el origen del “limo de carbonato” es biológico (aunque no se había podido identificar al organismo capaz de producirlos y en tal cantidad) y quienes defienden una procedencia mayoritariamente físico-química, mediante la precipitación espontánea de carbonato en los ambientes poco profundos de los mares tropicales.

La evidencia que presentamos en este estudio indica que la planta marina que construye la pradera submarina en los arrecifes del Caribe y Golfo de México, llamada Thalassia testudinum, es la fuente principal de este “limo de carbonato” para esta región, afirmó Enríquez.

La investigadora explicó que este pasto marino sustituye parte de la fibra vegetal de sus hojas por pequeños cristales de aragonita en forma de aguja y construye un esqueleto de carbonato de forma similar a lo que hacen muchas algas marinas e invertebrados que habitan el arrecife de coral, incluidos los corales.

Asimismo, destacó que es la primera vez que se observa este fenómeno en una planta superior, más emparentada con los pastos terrestres que con las algas marinas, logro posible gracias a sofisticadas técnicas de microscopía electrónica y de microanálisis con rayos X, utilizadas por la universitaria y sus colaboradores.

“Con este estudio se confirma que la habilidad de calcificar debe aportar alguna ventaja adaptativa importante a los organismos que habitan el sistema arrecifal. Además, podremos explicar el enorme volumen de limo que se acumula especialmente en algunos bancos tropicales como Bahamas y Florida, porque la pradera submarina es, junto con los bosques de mangle y los humedales costeros, uno de los ecosistemas más productivos del planeta”.

Los depósitos tropicales de carbonato acumulan enormes cantidades de “limo de carbonato” y, por tanto, son capaces de retener y recircular una gran cantidad de carbono oceánico, lo que les permite jugar un importante papel en la regulación del clima del planeta, apuntó.

“Las praderas submarinas asociadas al arrecife de coral deberían gozar de mayor protección y esfuerzo de conservación, pues no sólo son refugio y zona de cría de innumerables especies de peces e invertebrados marinos, sino que además su habilidad de inmovilizar grandes volúmenes de carbono oceánico y atmosférico en forma de biomasa vegetal y de “limo de carbonato” demuestra su alto valor ambiental para la mitigación del cambio climático”, finalizó Enríquez.