Las cardiopatías isquémicas, un conjunto de enfermedades en las que hay una disminución del suministro de oxígeno al corazón debido a la obstrucción de las arterias, son la principal causa de mortalidad a nivel mundial. Para tratar este padecimiento y evitar la posibilidad de infarto en estos pacientes se restablece mecánicamente el flujo sanguíneo hacia el corazón mediante la reperfusión arterial coronaria. Paradójicamente, este procedimiento produce aún más daño y muerte celular en la zona del órgano tratada.
En años recientes, se ha estudiado la efectividad de estrategias de cardio-protección para estos casos como es el post-acondicionamiento, un tratamiento en el que se somete al corazón a periodos alternados de niveles de oxígeno bajos y normales. Sin embargo, apenas comienza a explorarse la efectividad de estas estrategias en pacientes que, además, padecen otro tipo de enfermedad, como es el caso de la diabetes tipo II.
Esta es la investigación a cargo del doctor Francisco Correa del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” en la que participa Katya Bozada Gutiérrez, estudiante de medicina en la Universidad Veracruzana, que fue presentado por ella en el desayuno que ofreció el Instituto Científico Pfizer a los 35 estudiantes becados por la farmacéutica que participan en el XXIV Verano de la Investigación Científica, un programa de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
“Me llama la atención que en el área de investigación básica sobre la salud exista una carencia tan grande de médicos; la mayoría de la gente que trabaja en este campo proviene de la biología, la bioquímica o la química. Sin embargo, creo que involucrarse en estas actividades complementa mucho a los médicos porque les da otra perspectiva, por ejemplo, les muestra la importancia de generar protocolos y modelos que se puedan trasladar al área clínica”, afirmó la joven.
Este grupo de jóvenes son parte de los casi mil 500 que este año participan en el Verano de la Investigación Científica, una estancia de siete semanas durante el verano en los más prestigiados centros e instituciones de investigación en el país bajo la supervisión y guía de científicos en activo.
“Este verano hemos tenido la oportunidad de incursionar en esta labor creativa que implica la actividad científica y generar de manera parcial conocimiento útil para resolver las principales problemáticas de este país. Considero a esta estancia un parteaguas en nuestra formación académica pues representa una oportunidad de innovar y de generar nuevas perspectivas para problemas de interés nacional”, dijo Adrián Núñez Zuno, de la Universidad de Guadalajara, quien pasa su verano realizando investigación en el Hospital General de México.
El universitario agradeció a Instituto Científico Pfizer y a la Academia este notable esfuerzo por promover la investigación en México y los invitó a mantener una comunicación más estrecha con las universidades y centros de investigación pues en estos sitios, dijo, reside una fuente interminable de conocimiento y miles de jóvenes llenos de ideas para transformar este país.
Un programa exitoso entre los universitarios de México
El director del Verano de la Investigación Científica, el doctor Víctor Pérez Abreu, resaltó que este programa, próximo a cumplir 25 años de existencia, tiene como uno de sus objetivos impulsar a jóvenes universitarios para que emprendan la carrera de investigadores.
“Hay esfuerzos que se hacen en México, como el de la Academia, que van en la dirección de encontrar ese talento y desarrollarlo. Cada vez se incrementa el número de universitarios solicitantes de una estancia de investigación, lo que es muy importante para nosotros porque muestra el interés de nuestros estudiantes por el quehacer científico”.
Dijo que con este esfuerzo el Instituto Científico Pfizer se habrá de convertir en un motor de la investigación y de la actividad académica en la medicina nacional, “como ya lo hemos visto en varias de las iniciativas que emprende, las cuales son muy creativas, innovadoras e importantes para nuestro país. Son cosas –añadió- que empezaron en México con presencia dinámica y permanente desde estudiantes de medicina hasta investigadores consagrados”.
Pérez Abreu expresó sus felicitaciones a los universitarios presentes en el convivio por haber sido seleccionados este año para esta estancia de investigación y por el prestigio de haber participado en las becas Pfizer-AMC.
Este año, con el apoyo de la Secretaría de educación Pública, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Universidad Autónoma Metropolitana, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, El Colegio de México y Instituto Científico Pfizer, el Verano de la Investigación Científica otorgó un total de mil 500 becas a alumnos seleccionados entre casi tres mil solicitantes, una evaluación que implicó el esfuerzo voluntario de 40 investigadores quienes tuvieron la difícil decisión de elegir a los beneficiados con la estancia.
“Se habrán dado cuenta en estas semanas de lo que es hacer investigación, que no es tener un diploma. Se han dado cuenta de lo que hay que hacer y estoy convencido, porque así me lo dice la experiencia, que a partir de esta estancia ustedes tendrán mejores elementos para dedicarse a esta bella profesión. Han tenido la oportunidad de trabajar y han avanzado en el desarrollo de ese talento que ustedes tal vez no sabían que tenían”, expresó Víctor Pérez Abreu.
400 estudiantes beneficiados en una década
En los diez años de relación entre el Instituto Científico Pfizer y la Academia Mexicana de Ciencias, la firma farmacéutica ha apoyado alrededor de 400 estudiantes para que cursen su estancia de investigación.
“Uno de los objetivos de Instituto es apoyar la investigación en México. Tenemos el fondo de investigación para investigadores que ya están consagrados, proponiendo protocolos que van a tratar de resolver alguna de las problemáticas de salud en nuestro país, pero un punto muy importante es estimular a los jóvenes para que busquen involucrarse en la actividad científica, y qué mejor que el programa que ya tiene desde hace tiempo la AMC”, reconoció el doctor Juan Carlos Molina, director de Instituto Científico Pfizer, entidad que se creó en 2004 y que cada año destina a la promoción de la investigación e investigación médica contínua 10 millones de pesos.