La Comisión de Cultura presenta en el vestíbulo de Palacio Legislativo la exposición pictórica Impulsos Vitales, en la que se aprecian animales  de un gran colorido, de Helios Román de Dios.

Impulsos Vitales es un canto a la vida, a su sentido mágico, y aunque ella duele también  nos posibilita el erotismo, el placer, la belleza, la plenitud, el equilibrio, la armonía, en contraposición a muchos de los horrores que se están viviendo, destacó el también poeta.

Uno de los objetivos del autor es sensibilizar a quienes aprecien la obra a cuidar la naturaleza y así asegurar la preservación del hombre.

“Quienes tienen el poder –como los legisladores- pueden impulsar caminos donde se respeten las leyes de la naturaleza, la vida  en todas sus manifestaciones y el cuidado ecológico”, destacó el artista.

La obra de Helios Román de Dios presenta cuerpos de mujer, como una metáfora de la madre tierra, y elementos como el agua, aire y fuego.

El pintor explicó que la tortuga carga sobre su concha al mundo y al universo. El fuego como energía de la vida circulando por los cuerpos, que es lo que nos da vitalidad.

“La exhibición es como pegar un grito más por la paz; es preocupante la situación de violencia en el país”, dijo Helios Román.

De ahí la necesidad de regresar a los Impulsos Vitales hacia el respeto a la vida del hombre, de los animales y plantas, expuso.

La muestra presenta animales que son simbólicos para los chinos, los hindúes, los fenicios, así como para las culturas latinoamericanas,  como las serpientes;  Quetzalcóatl, es un ejemplo.

Tiene que ver con la mitología, expresiones mágicas de la interpretación de la realidad en diferentes momentos históricos.

Otras pinturas nos remiten al nacimiento, renacimiento y muerte; el día, la noche. La vida y la muerte son una unidad.

El planeta es vida en donde prevalece la unidad: “todos somos uno”, con una gran fuerza de Impulsos Vitales, de canto a la vida: la luna, el trópico, la majestuosidad, lo soberbio, la hermosura de los animales, de los seres vivos, con una belleza cual obras maestras de gran gallardía, de gran luminosidad en donde impera la hermandad, el sentido de comunidad, de compartir, de cooperación y respeto de los seres vivos con el propósito de ser felices, concluyó el artista.