El pasado 4 de julio de manera formal, el director general de la Organización Europea para la Investigación Nuclear, hizo público que habían encontrado una señal del bosón de Higgs, la última de las partículas del llamado Modelo Estándar. Gerardo Herrera Corral investigador mexicano participante en el proyecto ALICE del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), afirma que llamarlo “Partícula de Dios” es algo equivocado: “El origen del nombre The god particle, proviene del libro de Leon Ledderman, un físico experimental muy reconocido, premio Nobel, y un gran amigo de México porque fue impulsor de la física de altas energías en nuestro país.
“Ledderman escribió un libro de divulgación, por allá en los noventa, en el que dedicó una buena parte del mismo a explicar qué es esto del Higgs, pues era la única partícula que faltaba en el modelo estándar. Cuando terminó el volumen, se preguntó qué título darle, y como tiene muy buen sentido del humor, se le ocurrió ponerle The goddamn particle, algo así como “La condenada partícula”, es decir, “condenada” porque no la encontramos, la estamos buscando desde hace mucho.
“Pero su editora Dick Teresi, por supuesto, no iba a permitir eso, entonces suprimió la parte de damn y le dejó The god particle. Leon Ledderman en ese momento no le dio importancia, él es así, nunca pensó que ese nombre se iba a hacer tan famoso, y ahora es algo que lamenta. Y dice que lo lamenta, porque los físicos tratamos de mantener una sana relación con la religión, en ese entonces no pensó que se iba a propagar tanto”,
Sobre la participación mexicana en el proyecto internacional, Herrera señaló que desde 1995 hay un grupo de mexicanos en el experimento ALICE, en el LHC. “Ahí comenzamos a participar en la propuesta técnica, que se aprobó en 1997, y después, en 2000-2001, el grupo mexicano recibió un apoyo del Banco Mundial, a través de lo que se llamó Iniciativa Científica del Milenio, y el grupo del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), fue apoyado”, señaló Gerardo Herrera Corral, cabeza del equipo, investigador en el Departamento de Física de esa institución y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
El LHC es un proyecto que incluye a cuatro grandes experimentos. ALICE “es un detector grande, un edificio enorme de electrónica y de dispositivos que, en realidad, es un conjunto de 16 sistemas. México diseñó y construyó dos de ellos”. El acelerador como tal, es una máquina gigantesca de 27 kilómetros de perímetro por debajo del nivel del suelo, y en cuatro puntos del anillo del acelerador se encuentran los experimentos: ATLAS (Aparato Toroidal LHC); CMS, (Solenoide compacto para muones); ALICE (Gran Experimento de Colisionador de Iones); y LHCb (belleza del Gran Colisionador de Hadrones).
“Se hicieron dos grupos que trabajaron en ALICE. Uno, en el que participaba la Universidad de Sinaloa, la Universidad de Puebla, el Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Departamento de Física del Cinvestav. Luego se formó otro grupo, integrado por el Cinvestav y la UNAM. Éste diseñó y construyó el detector B0”, comentó Herrera.
Por primera vez un grupo de mexicanos diseña y construye para un experimento de altas energías. “Nunca antes en México se habían diseñado y construido detectores. Lo hicimos, y lo hicimos muy exitosamente porque el detector B0 se ha convertido en una pieza fundamental del proyecto, es algo que nosotros llamamos el Sistema de Disparo (trigger), lo cual es muy importante en un experimento porque es el detector que toma la decisión sobre si los eventos que acaban de ocurrir se registran o no”, subrayó el investigador.
Y añadió: “ocurren 600 millones de colisiones por segundo, entonces no se puede registrar todo, se tiene que decidir qué es lo que se va a registrar, y eso lo hace el detector mexicano. Esta decisión es muy importante, pues si se decide mal, entonces se obtiene una muestra que al final estará sesgada y los datos se pueden tirar a la basura. Tiene que haber un Sistema de Trigger que sea imparcial. Eso lo hace el detector B0 que se hizo en México”.
En los dos grupos mencionados participan alrededor de 40 personas “somos 20 investigadores de todas estas instituciones y aproximadamente 20 estudiantes, técnicos e ingenieros mexicanos quienes participamos en el experimento Alice”, precisó Herrera Corral.
Recientemente se unió otro grupo, formado por especialistas de diferentes instituciones, al proyecto CMS. “Ahí también hay gente de las Universidades de Puebla, Iberoamericana, de San Luis Potosí y del Cinvestav. Este grupo entiendo que participará en la actualización que se dará en 2022, todos los experimentos van a actualizarse y ellos están viendo la posibilidad de poder participar. Por ahora, se han incorporado como un grupo invitado. Entonces, serían tres grandes grupos mexicanos los que trabajarían en el LHC”.
El doctor Herrera mencionó que la relevancia de LHC radica en que es “el proyecto más grande de la actualidad en ciencia. Se trata probablemente del proyecto más ambicioso en la historia de la humanidad, que no tiene fines de lucro ni militares, es de largo aliento y de participación internacional”.