Astrónomos de la UNAM colaboraron en las primeras observaciones hechas a través del Gran Arreglo de Atacama (ALMA, por sus siglas en inglés), que pese a no estar aún terminado, será el radiotelescopio más poderoso del mundo en su género.
Participaron en la investigación realizada por un grupo mexicano y alemán, encabezado por Luis Zapata, del Centro de Radioastronomía y Astrofísica (CRyA) de esta casa de estudios, campus Morelia.
El instrumento se construye en el desierto de Atacama, al norte de Chile, y se estima que alcanzará su última etapa a finales del 2013. Contará con un total de 66 antenas parabólicas, pero desde que tuvo 16, se iniciaron las observaciones para poner a prueba los sistemas de adquisición de datos.
En esta fase de verificación científica se estudiaron, entre otros aspectos, cuerpos cósmicos en una región de formación estelar en la constelación de Orión, que los astrónomos mexicanos han investigado intensivamente a través del tiempo.
Esta zona del cielo, conocida como la región de Orión KL, sufrió un fenómeno explosivo de características excepcionales. Los estudios detallados de varios grupos indican que hace aproximadamente 500 años un cúmulo muy compacto de estrellas jóvenes tuvo interacciones gravitacionales entre sus componentes, que llevaron a su desintegración.
De esta región se observa gas que se expande a gran velocidad y tres estrellas que se alejan del centro de la desintegración, la más interesante es la llamada Fuente I.
En el análisis realizado por Zapata y colaboradores, se encontró que de esta fuente se expulsa gas con una morfología que recuerda las alas de una mariposa; ello se estableció con el estudio de emisiones de la molécula del monóxido de silicio.
La cinemática de este gas muestra características diferentes a la del más alejado de la estrella, que se había investigado con anterioridad por diversos grupos, lo que sugiere que la Fuente I ha experimentado cambios importantes con el tiempo.
Es uno de los primeros resultados publicados de ALMA, y se divulgará en breve en la revista The Astrophysical Journal Letters, con coautores del CRyA, y del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, así como por el Instituto de Radioastronomía Max Planck en Bonn, Alemania.
El radiotelescopio ALMA es construido por un consorcio internacional a un costo de mil 300 millones de dólares. Una vez concluido, proporcionará a los astrónomos de todo el mundo la posibilidad de estudiar con sensitividad y detalle los fenómenos de formación de galaxias, estrellas, y planetas.