La colección de referencia de insectos de la Estación de Biología Tropical “Los Tuxtlas” cuenta con 15 mil ejemplares y actualmente se trabaja en identificar y corroborar a qué especie corresponden los insectos que conforman la colección y los nuevos ejemplares recolectados, así mismo se tienen diversos proyectos de investigación, entre los que se encuentra la conformación de una base de datos acerca de los ciclos de los insectos a lo largo del año.
Para lo anterior, se utilizan trampas dentro de una hectárea del predio de esta Estación que forma parte del Instituto de Biología de la UNAM, –la cual abarca 644 hectáreas–, con la finalidad de determinar la abundancia y la diversidad de insectos que se pueden encontrar durante el año, explicó la responsable de la colección Martha Madora Astudillo, en entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias.
Las trampas se cambian cada 15 días y se les coloca alcohol conservador para que se preserven los ejemplares que cayeron, después se recogen los insectos capturados y se agrega nuevo alcohol. En esta misma área se instalan otro tipo de trampas que también se revisan cada dos semanas, a éstas se les coloca un cebo que sirve, específicamente, para atrapar dípteros (moscas y mosquitos) e himenópteros (abejorros, abejas, avispas y hormigas).
“Estamos por completar el año de muestreo, la idea es que se haga durante varios años para tener datos de cómo se comportan las poblaciones de insectos que se pueden encontrar en la Estación, y relacionar la información mensual con otros factores como precipitaciones y temperatura”, señaló Martha Madora.
Los insectos de la selva
En colaboración con investigadores de la Estación, el doctor Vicente Hernández Ortiz, del Instituto de Ecología (Inecol), uno de los Centros de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), trabaja en un proyecto que busca determinar cómo habitan en la selva las poblaciones de moscas.
“Lo que se está haciendo es monitorear la fluctuación de las poblaciones de moscas dentro de la Estación, es decir cómo se mueven a través de la estacionalidad, de la temporada de lluvias y la temporada seca; estos datos podrían ayudar a entender cuál es la dinámica de la actividad de estos dípteros durante el año”, comentó.
Muchas de las especies de moscas y de insectos, en general, tienen ciclos de vida cortos y una gran cantidad de ellos se alimentan de materia vegetal y están relacionados con las plantas, pero también hay otros que sirven de alimento para reptiles, vertebrados o aves.
Por lo cual, otro de los proyectos de investigación se refiere a los insectos que se alimentan de los frutos tropicales de la selva, y tiene como principal objetivo detectar cuáles insectos comen determinados frutos.
“Tenemos un estudio que abarca los frutos más comunes que hay en la selva tropical, recolectamos y criamos en estado adulto aquellos insectos que se alimentan de la pulpa del fruto o de las semillas, para poderlos identificar y saber qué especies viven en qué frutos, este proyecto está en sus inicios pero queremos mantenerlo por alrededor de tres años”, dijo Vicente Hernández.
La jefa de la Estación, Rosamond Coates, ha trabajado en la dispersión de semillas por los monos aulladores, pero al ver que además de los monos llegaban otros animales a alimentarse de las plantas y los frutos, se interesó por ver cómo las diferentes especies reparten los recursos. “En el caso de los insectos queremos saber qué mariposas se alimentan de qué plantas, ya que veíamos muchas orugas en la Estación, pero no teníamos idea de a qué especie correspondían, entonces las colectamos para hacer un catálogo de qué planta come cada oruga y cómo es la mariposa en estado adulto”, mencionó la investigadora.
En los proyectos relacionados con los insectos de la Estación de Biología Tropical Los Tuxtlas –que forma parte de la Zona núcleo 1 de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas decretada en 1998 (CONANP-SEMARNAT)– también colabora el especialista en escarabajos e investigador del Inecol, Cuauhtémoc Deloya.