La Academia Mexicana de Ciencias se consolida como una institución que impulsa acciones para que más jóvenes se introduzcan al terreno de la investigación científica y el premio Weizmann, representa una muestra tangible de las actividades de este organismo en pro del desarrollo del país.
Mariana Saucedo García, Felipe Pacheco Vázquez y Juan Segundo Ramírez, ganadores del Premio Weizmann 2011, aseguran que ser reconocidos por su trabajo incentiva su carrera de investigación.
Saucedo García, adscrita al Instituto de Ciencias Agropecuarias, Área de Ciencias Agrícolas, de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, resultó ganadora con su tesis titulada “La Muerte Celular Programa de Arabidosis inducida por la FB1 requiere de la acumulación de Bases de Cadena Larga y de la Señalización mediada por la MPK6”.
La investigadora afirmó que el hacer investigación en el país es una actividad que algunas veces podría menoscabar el esfuerzo: “son muchas las horas y energía dedicadas a esta labor y pocos los recursos que se nos asignan. Además al terminar no es fácil encontrar un lugar en donde continuar desarrollando las investigaciones clasificadas como ciencia básica”.
Así que este premio, dijo, representa un aliciente en mí por entender, en pequeña escala, los silenciosos mecanismos de defensa de las plantas, lo que se traduce en gran escala en entender el complejo mundo a nuestro alrededor.
Pacheco Vázquez narró que durante la maestría se enteró de la existencia de los premios Weizmann. “Era para mí un reconocimiento a estudiantes excepcionales; pero ahora mi perspectiva ha cambiado: es un premio a un estudiante común con un doctorado excepcional, o parafraseando a Edison, al uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento transpiración”, subrayó.
Además de ser un incentivo fijo durante mi doctorado, lo es para el futuro de mi carrera científica, pues haberlo recibido implica también una responsabilidad, seguir trabajando para mostrarse a sí mismo que es merecido, agregó.
Este investigador se desempeña en el Laboratorio de Materia Granular y Fluidos Complejos, Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN-Unidad Monterrey y su tesis fue: “Dos Nuevas Facetas de la materia granular: superligera y supercaliente.
Por su parte, Segundo Ramírez resultó premiado por su tesis titulada: “Nonlinear Análisis of Power Systems including FACTS and Custom Power Devices Based on Bifurcation Theory and Newton Methods”.
El científico adscrito a la Facultad de Ingeniería, Área Mecánica Eléctrica, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, expresó que de acuerdo a la revisión imparcial del comité evaluador de los premios Weizmann, su trabajo de investigación de doctorado lo ubica como el mejor de su generación en todas las ciencias de la ingeniería y tecnología del país. “Eso me hace tener confianza en que debo seguir adelante con mi línea de investigación”, precisó
Premio Weizmann
Desde 1986, la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y la Asociación Mexicana de Amigos del Instituto Weizmann de Ciencias otorgan conjuntamente los Premios Weizmann a las mejores tesis doctorales realizadas en México por investigadores menores de 35 años en el caso de hombres y menores de 38 años en el caso de mujeres, en las áreas de ciencias exactas y naturales. A partir del año 2001 se otorga el Premio Weizmann a las mejores tesis doctorales en ingeniería y tecnología.
Mariana Saucedo García opinó que la Academia Mexicana de Ciencias tiene una participación fundamental en la difusión de los proyectos científicos que se realizan en México, y su acción incide directamente en la sociedad mexicana al promover la investigación de calidad que se realiza en este país. La convocatoria al Premio –agregó- es un excelente mecanismo para construir una cultura del conocimiento como símbolo de una reflexión constante y para revalorar a los mexicanos como una comunidad capaz de responder a los enigmas que rodean nuestro entorno.
Mientras tanto, Felipe Pacheco Vázquez se refirió así a la Academia: “La AMC ha motivado mi interés por la ciencia desde los primeros años de carrera y fue cuando participé en el Verano de Investigación Científica. Mediante este programa realicé una estancia de dos meses en el Cinvestav, en donde finalmente cursaría mis estudios de posgrado. Es por tanto un impulsor para la formación de científicos en el país”.
Juan Segundo Ramírez expresó que le parece que siempre es bueno celebrar y reconocer el trabajo de los demás. Pienso que nos hace falta desarrollar más la "capacidad" para celebrar los éxitos de los demás; hacer un buen trabajo de doctorado es por su puesto un éxito, recalcó.
El galardonado no desaprovechó la oportunidad para enviar un mensaje a los jóvenes: “La investigación es una actividad hermosa; descubrir y entender cosas nuevas sobre problemas viejos y nuevos es ubicarse en la frontera del conocimiento, es ver lo que nunca nadie ha visto antes”.
Pacheco Vázquez compartió su vivencia y también aconsejó a la juventud mexicana: “Cuando se persiguen los ideales, se alcanzan. Yo nací en una familia de agricultores en la comunidad rural de Sabanas, Huatusco, Veracruz. Mi educación siempre fue cien por ciento pública. Hoy en día realizo una estancia postdoctoral en una universidad europea, y espero en poco tiempo regresar a mi país para trabajar en un centro de investigación básica. Nuestro país necesita científicos para lograr su independencia tecnológica”.
La búsqueda y ampliación del conocimiento es una de las máximas gratitudes que brinda la vida. Los jóvenes siempre se han caracterizado por su entusiasmo, ideas innovadoras y su interés en renovar tanto ideas como acciones. Así, los jóvenes que se dediquen a la investigación científica aportarán a los estudios esas ideas que en un futuro romperán con ciertos paradigmas que muchas veces adopta la comunidad científica y nos permitirá conocer mejor el mundo que nos rodea, concluyó Saucedo García.