María Ester Brandan ha investigado la interacción entre núcleos atómicos en términos de efectos refractivos (llamados arcoiris nucleares por su analogía con estos fenómenos producidos por la luz visible en gotas de agua), lo que ha permitido determinar las propiedades del potencial entre los núcleos.
Por esta labor, la coordinadora del Grupo de Dosimetría y Física Médica en el Instituto de Física (IF) de la UNAM, fue notificada de su ingreso de membresía a la Academia de Ciencias para el Mundo en Desarrollo, o TWAS (siglas de Third World Academy of Sciences), con sede en Trieste, Italia.
Los potenciales identificados para sistemas de iones de carbono, oxígeno y otros son fuertemente atractivos y débilmente absorbentes.
“Estas propiedades han sido confirmadas por otros grupos en experimentos independientes. El conocimiento de estos potenciales—que son funciones matemáticas complejas que describen la interacción entre dos núcleos como función de su separación— permite interpretar los mecanismos microscópicos de interacción en términos relativamente simples”, expuso.
Reconocimiento internacional
El ingreso al TWAS, que consideró una agradable sorpresa, es una distinción que planea compartir con la comunidad mexicana y, en particular, con científicos jóvenes que inician sus carreras e investigaciones.
Reconocimientos como el otorgado por The American Physical Society en 1997 le agradan, pero lo que más le entusiasma es el éxito del programa de maestría en física-médica de la UNAM, que ha coordinado académicamente durante tres lustros.
Brandan recibió el documento de ingreso de membresía al TWAS, firmado por el presidente de esta entidad, Jacob Palis. La ceremonia de ingreso será en China, en septiembre de 2012.
El documento señala que esta distinción se le otorga por su contribución a la ciencia y promoción al desarrollo. “Probablemente lo logrado en el ámbito de la educación y el impulso a la física-médica, tanto en la UNAM como en el país, fue determinante”, dijo.
El organismo tiene cerca de mil miembros de todo el mundo y está apoyado por la UNESCO y el International Centre for Theoretical Physics (ICTP). La academia comprende todas las ciencias y está estructurada en 10 grandes secciones, que agrupan campos como agricultura, biología molecular, ingeniería y ciencias químicas, matemáticas y económicas, entre otras.
Con el ingreso de Brandan son ya seis mexicanos que entran en la sección de física, cuatro de ellos son de la UNAM, otro de la UAM y uno más, de San Luis Potosí. En las diferentes áreas del TWAS hay alrededor de 40 miembros mexicanos.
En 1997, Brandan recibió otro reconocimiento, que le entregó The American Physical Society, específicamente la división de física nuclear, por su trabajo de investigación en el área de los iones pesados.
Los objetivos concretos del TWAS, indicó la investigadora, son reconocer y apoyar la excelencia en el desarrollo científico en países en vías de desarrollo, responder a las necesidades de los científicos de esas naciones, y promover la colaboración entre éstos y los industrializados.
La postulación a la academia debe ser avalada por dos miembros de la misma, en su caso Ana María Cetto, de la UNAM, y Mohamed Hassan, de Sudán y ex director del organismo.
“La solicitud de ingreso debía resaltar un aporte científico del candidato, en mi caso fue mi trabajo en física nuclear experimental. Al llegar al IF como posdoctorante en el grupo de Física Nuclear Experimental, inicié mi investigación en interacción entre núcleos atómicos en término de efectos refractivos, que identifiqué en las medidas de su dispersión elástica”, relató la entrevistada.
Ayudar a la comunidad mexicana
La científica nació en Santiago de Chile y estudió su licenciatura en ese país, su doctorado en Estados Unidos, hizo posdoctorados en México y Francia y, tras una estancia en su patria, regresó a México para integrarse a la UNAM.
“Mi intención, como parte del TWAS, es participar en proyectos que ayuden a la comunidad mexicana, en particular a jóvenes que necesiten apoyo al iniciar sus carreras. Entre las posibles acciones se puede apoyar el intercambio de científicos y la movilidad dentro de países con niveles similares de desarrollo. Es importante aprender estrategias para establecer nichos de investigación propios y, para esto, las visitas y colaboraciones pueden ser útiles”, indicó.
Desde hace 15 años, Brandan coordina en la UNAM las actividades académicas de un programa de maestría en física-médica, que ha servido para promover la investigación en aplicaciones de esta disciplina tanto en biología como en salud.
“Realizo investigación, doy clases, tengo estudiantes asociados, coordino el grupo de Física Médica y Dosimetría del IF y soy responsable de los asuntos académicos de la maestría, con casi 80 graduados desde el año 2000. La mayoría de ellos trabaja en hospitales como físicos-médicos, otros más estudian doctorados o están incorporados como investigadores”, expuso.
“La maestría ha sido un proyecto académico con impacto social porque los resultados uno los ve al visitar un hospital y encontrar que ahí hay un físico especializado a cargo de la optimización de la radiación en diagnóstico o tratamiento, y la seguridad del paciente. Si un resultado se ve más allá del cubículo, es un proyecto exitoso”.