Mediante el uso de técnicas tradicionales y aprovechando el conocimiento científico, especialistas en Guanajuato mejoran semillas de maíz azul con el objetivo de aumentar su valor vitamínico y se convierta en un producto que ayude a la salud del mexicano.
Axel Tiessen Favier, investigador en el Laboratorio de Metabolómica y Fisiología Molecular de Plantas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), unidad Irapuato, es el titular del proyecto, el cual ya ha obtenido algunas semillas que son probadas en cultivos experimentales en varias entidades de la República.
“Con el Vitamaíz estamos tratando de desarrollar nuevas variedades de maíz de grano oscuro que contengan, principalmente, antioxidantes naturales que previenen algunas enfermedades cardiovasculares y son benéficos para la salud”, explicó el miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
En nuestro país, expuso, con la modernización de la alimentación se han perdido muchas de las técnicas tradicionales mexicanas. “No tenemos suficiente conciencia de que los alimentos determinan nuestra salud y nos inclinamos fácilmente por los productos procesados, nos dejamos influenciar por la mercadotecnia de empresas trasnacionales que nos venden alimentos empaquetados a un precio más alto”, comentó.
Dijo que con esa práctica se está perdiendo el valor del consumo de combinaciones balanceadas de alimentos de origen indígena, por ejemplo, “el maíz tiene deficiencia de lisina y triptófano; el frijol y el cuitlacoche son ricos en esos dos elementos, mientras que el tomate y el cilantro contienen carotenos. Entonces un taco de maíz con frijol, cuitlacoche, cilantro y tomate es un cóctel de vitaminas y una comida económica.
“Antes los aztecas veneraban y consumían los maíces de colores, pero ahora los citadinos prefieren azúcar refinada y maíz blanco. Creyéndonos más modernos reemplazamos las tortillas tradicionales por sopas de microondas. Nuestra propuesta para modernizarnos es que en lugar de comprar polvitos mágicos y beber pigmentos artificiales embotellados, comamos tacos gourmet de Vitamaíz natural."
De blancas a azules
El investigador de Cinvestav Irapuato desarrolla variedades de maíz modernas con propiedades agronómicas favorables. Busca, mediante introgresión genética (movimiento de un gen de una variedad a otra por medio de retrocruzamientos recurrentes), combinar lo bueno de los maíces híbridos de alto rendimiento, con lo bueno de los maíces criollos ancestrales.
Los maíces híbridos por lo regular son maíces modernos, muy homogéneos y regulares, mientras que los maíces ancestrales son criollos de polinización abierta, heterogéneos e irregulares.
Para ello, Tiessen Favier y su equipo se dieron a la tarea de caracterizar variedades modernas de maíz blanco y las transformaron en azul, usando los genes de maíces criollos indígenas, aprovechando los factores de transcripción, enzimas y reguladores de las rutas metabólicas de antocianinas y carotenos. En este proceso se hace una selección de semillas individuales en cada generación, una caracterización fenotípica por color y contenido de pigmentos y otros metabolitos.
El maíz azul tradicional, “tiene ciertas deficiencias porque son maíces criollos, que aun cuando los indígenas han conservado, no se adaptan muy bien a las condiciones de cultivo modernas”, precisó el especialista.
Apuntó que los indígenas generalmente siembran en suelos pobres, sin tractor, sin fertilizantes y sin riego (temporal) a una densidad de plantas baja. Las plantas criollas son altas y de mucha biomasa verde, pero los rendimientos de grano son bajos. Mientras que las condiciones agrícolas modernas son de uso de fertilizante, riego, tractor (mecanización) y siembra a una mayor densidad, por lo que los rendimientos de grano son altos.
"Nuestras variedades de Vitamaíz van a beneficiar ambos sectores de la población: a los agricultores con un mayor rendimiento y un precio de venta más alto, y los consumidores tendrán acceso a un producto de más alta calidad nutracéutica", agregó el investigador.
Una alternativa para siempre
Desde hace 7 años, Axel Tiessen Favier trabaja en el desarrollo de Vitamaíz con el apoyo de fondos provenientes del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Secretaría de Agricultura. El proceso ha sido lento porque no se trata del desarrollo de semillas transgénicas, sino del uso de técnicas de polinización tradicionales, razón por la que ha llevado más tiempo al científico y a su equipo de colaboradores obtener los resultados esperados.
“En México existe una importante limitación de los maíces transgénicos porque somos centro de origen y los transgénicos se perciben como algo malo”, explicó el biotecnólogo, que sostuvo que el desarrollo científico que propone es una alternativa que se puede usar siempre.
Explicó que en su investigación se aplica una metodología clásica, y aun cuando realiza modificaciones para introgresar los genes de forma más eficiente, no utiliza las herramientas que se usan en la producción de transgénicos. “Entonces, aunque nos vamos a tardar una década en producirlos, cuando estén listos no van a tener restricciones para liberarse, porque son las raíces de los maíces criollos con las características del maíz moderno”.
Para conocer el comportamiento de las variedades Vitamaíz en el campo, el equipo de especialistas lleva a cabo una serie de experimentos en algunas zonas de Morelos, Nayarit, Veracruz y Guanajuato, con agricultores locales que siembran los maíces azules.
Axel Tieseen espera comprobar a través de estos experimentos que los rendimientos son altos, las plantas homogéneas, el color de grano estable, la composición bioquímica adecuada y una eficiente capacidad antioxidante, entre otras características.
Hasta ahora, una de las principales desventajas que ha encontrado el investigador, es que en muchas ciudades se desconocen los maíces de colores, y se prefieren las tortillas blancas a las azules, pero confía que cuando se conozcan los beneficios de estas últimas su consumo aumentará.