Este 25 de abril la cantante oaxaqueña Susana Harp ofrecerá en el Palacio de Minería el concierto Aguadiosa, título que da nombre a su última producción discográfica Aguadiosa, sones y décimas por la vida. Un espectáculo audiovisual inspirado en la diversidad natural del país y en las culturas tradicionales mexicanas.
Se trata de un proyecto temático (que contó con el apoyo del Programa Universitario del Medio Ambiente, el Instituto de Ecología de la UNAM, y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad), en el que la artista difunde la riqueza natural de México, a través de su biodiversidad y las culturas que habitan en todos los ecosistemas del país, “una alquimia entre música y ecología”, consideran quienes han disfrutado de esta presentación.
El espectáculo es organizado por el programa SuSede en el Centro, que además de llevar propuestas artísticas y recreativas, tiene como fin recaudar fondos para becas de estudiantes de la Universidad Nacional; en esta ocasión serán destinados a los programas respectivos de Fundación UNAM.
Aguadiosa, sones y décimas por la vida
Acompañada por seis músicos y el decimista Samuel Aguilera, Harp interpretará canciones en español y en tres lenguas originarias (huichol, tzotzil y purépecha), que se desarrollan en torno a la flora y fauna de distintas regiones de nuestro territorio, con el principal objetivo de sensibilizar a la sociedad en torno a la importancia de preservar los recursos naturales, así como difundir la belleza de los cantos tradicionales.
Aguadiosa son décimas hechas por el Taller Tapacamino, a cargo de Fernando Guadarrama; la música es de Rodrigo Díaz, y es también el título de la canción central del disco y del espectáculo mismo, detalló Susana Harp.
El nuestro es uno de los 17 países megadiversos; “conforme avanzaba en este proyecto musical, me enteré de cifras, datos, información que una persona común no tiene; esta parte es algo que me emociona compartir”, comentó la artista.
Una a una, las canciones van hiladas a través de décimas, poesía y fotografías. “Por ejemplo, si hacemos pastizal y matorral, dos ecosistemas ‘primos hermanos’ que abarcan Baja California, Sonora, Chihuahua y parte de San Luis Potosí, canto en huichol para representar una cultura que pasa por este hábitat.
“Si nos vamos a la selva húmeda, que corresponde a la Costa del Golfo, hacemos un son huasteco. Mi intención es mostrar las culturas que se desarrollaron en cada ecosistema y colocar al hombre un poco en el sitio que nos corresponde. Es decir, somos una especie más, no el ombligo del Universo, como nos lo han hecho creer las religiones”, añadió.
El propósito es mostrar este México al público, llevar la buena noticia de que somos el quinto país con mayor biodiversidad del planeta, lo cual no sólo es un motivo de orgullo, sino de enorme responsabilidad; sin embargo no tenemos conciencia de que ahí está, advirtió.
“No se trata de un sermón dominical, ni de una clase de biología, es un concierto con mucha improvisación, con participación de otras formas de expresión, como las décimas, forma poética representativa de la cultura popular jarocha del Sotavento”.
La intención, indicó Harp, es compartir esa información que se ha encontrado en el material fotográfico que acompaña el concierto, “aportar un poco de luz de lo que en realidad es este país, y no sólo lo que nos ofrecen los medios de comunicación”.
Existen dos formas de contar una historia apocalíptica de lo que puede suceder si no hacemos tal o cual cosa, o que se sorprendan con todas las maravillas a través de este espectáculo.
Es un festejo para los sentidos; después de ver esta propuesta, la gente sale con una sonrisa en el rostro y con la conciencia más clara de que tenemos un país lleno de maravillas, prosiguió.
La artista invitó al público a asistir para descubrir “un México maravilloso; sólo les vamos a contar buenas noticias, y también un poco de reflexión. Es una buena fiesta la que vamos a armar en Minería”.
En torno al programa SuSede, Harp consideró que es un proyecto que busca dar mayor dinamismo cultural al Centro Histórico de la Ciudad de México, así como a los recintos universitarios que forman parte de esta acción, y provocar que gente de cualquier estrato social se atreva a acudir a las actividades culturales que se ofrecen en estos inmuebles históricos.