Nueva York.- Eliot Weinberger es considerado uno de los principales traductores al inglés de la obra de Octavio Paz y todavía se sorprende de que a la edad de 18 años el Premio Nobel mexicano le confiara algunos poemas, hecho que con los años permitió el surgimiento de una gran amistad.
“Yo era un muchacho hippie y nunca pensé tener en mis manos tal responsabilidad”, afirmó Eliot Weinberger, quien los próximos 6 y 7 de octubre participará en Nueva York con María Baranda y Coral Bracho en una mesa redonda y una lectura de poesía organizadas por el Consulado General de México en Nueva York y el Instituto Cultural Mexicano de Nueva York.
Las actividades tendrán lugar en la sede de la Americas Society en el 680 de Park Avenue (6 de octubre) y posteriormente en la célebre Poets House en el 10 de River Terrace (7 de octubre).
Sobre la aventura de traducir a Octavio Paz, Eliot Weinberger, quien a su vez es poeta y escritor, afirmó que nunca aprendió el español de manera formal y en realidad comenzó a adquirir experiencia en nuestra lengua leyendo muchos libros.
“Yo quería ser arqueólogo, pero fue a los 15 años que me encontré con un poema de Octavio Paz y recuerdo que me cambió la vida. En la secundaria comencé a traducir varios poemas para aprender del lenguaje y sus secretos, principalmente a Paz, pero también a Neruda y Vallejo”.
Eliot Weinberger recuerda que fue a través de un amigo cercano que tenía cierto contacto con Octavio Paz, quien ese entonces era Embajador en la India, que a los 18 años pudo hacerle llegar algunas de las traducciones de sus poemas.
Para su sorpresa el escritor mexicano quedó gratamente sorprendido por su trabajo y le encargo que tradujera más de su obra. Poco después tuvo la oportunidad de conocerlo, tras la renuncia de Octavio Paz a su cargo de Embajador luego de la masacre de estudiantes el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco.
“Fue en la ciudad de Pittsburg donde tuvo lugar ese encuentro, y yo creo que Octavio Paz estaba completamente sorprendido de que alguien tan joven estuviera traduciendo su obra al inglés”.
Afirma que en ocasiones vuelve a leer las traducciones de esos años y trata de retroceder en el tiempo para sentir y recuperar lo que cruzaba en su cabeza por ese tiempo y lo que representaba en su juventud el leer una obra de la trascendencia de Octavio Paz.
Eliot Weiberger confiesa que uno de los poemas de Paz que más ha disfrutado traducir al inglés es Ejercicio de tiro (Target Practice).
La marea se cubre, se descubre, se recubre y siempre anda desnuda./ La marea se teje y se desteje, se abraza y se divide, nunca es la misma y nunca es otra./ La marea escultora de formas que duran lo que dura su oleaje./ La marea pule conchas, rompe rocas./ La marea siempre al asalto de sí misma./ La marea, oleaje de sílabas de la palabra interminable, sin fin y sin principio, que le dicta la luna./ La marea es rencorosa y ciertas noches, al golpear el peñasco, anuncia el fin del mundo […] (fragmento)
“No tenía idea lo que significaba el título Ejercicio de tiro, incluso recuerdo que le pregunté a varios mexicanos para saber si había algún significado oculto en esas palabras, pero no, al final el título quedó literal en inglés: Target Practice”.
El traductor nacido en Nueva York en 1949 comentó que siempre le ha sorprendido cómo reaccionan los autores de otras lenguas al leer sus traducciones al inglés, porque en cierta forma hay un fenómeno mágico, se convierten en lectores de sí mismos al ver plasmadas sus palabras en otro idioma.
“Cuando Octavio Paz leía algunas de las traducciones al inglés que yo había hecho de sus manuscritos, incluso antes de ser publicados en español, a veces encontraba cosas que no le gustaban en la versión original y las corregía, nuevamente se repetía el fenómeno, era el escritor que se convertía en lector de sus propias palabras”.
Y agregó: “Creo que parte del valor de la traducción es precisamente ese, el permitir a un autor separarse de sí mismo y leer su propia obra desde un punto de vista distinto, a Gabriel García Márquez le sucedía lo mismo, y con Octavio Paz, gracias a mi experiencia de trabajo a su lado, pude ver cómo al cambiar el idioma, alguien, por un momento, deja de ser autor y se convierte en lector”.