De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la desnutrición, la escasez y contaminación del agua, los fallecimientos causados por inundaciones, las olas de calor y enfermedades como la malaria y el dengue, son algunos de los impactos más graves que el cambio climático ocasiona a la salud, señaló en la UNAM, José Ramón Calvo, de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.
En la Dirección General de Servicios Médicos (DGSM) de esta casa de estudios, indicó que cada año los desastres relacionados con el clima provocan la muerte de 60 mil personas, en tanto que la desnutrición ocasiona el deceso de cinco millones y la diarrea, un millón más.
En la conferencia Cambio climático y sus repercusiones sobre la salud, refirió que una estimación realizada de 1970 al 2000, muestra que el calentamiento global ha generado 150 mil fallecimientos adicionales por año.
Asimismo, señaló que mientras el hombre produzca más dióxido de carbono (CO2) y gases de efecto invernadero, la atmósfera continuará calentándose. Los años más calurosos de los que se tiene registro, acotó, son 1998, 2002, 2003, 2004, 2005, 2007, 2008 y 2009.
En el auditorio Samuel Ramírez Moreno de la DGSM, mencionó que durante el verano de 2010, la temperatura llegó a un récord de 42 grados en Rusia; 48 en Níger; 52 en Irak y Arabia Saudita; 53 en Pakistán, y 57 en la antigua Lituania.
Las repercusiones más graves, agregó, es que los glaciares, fuente inmediata de producción de agua, se derriten sobre los océanos y en muchas ocasiones terminan por desaparecer.
Calvo subrayó que de las 300 partes por millón (ppm) de CO2 que se habían mantenido, en 2010 llegaron a 390, y de continuar el calentamiento global, para 2050, se alcanzará la cifra de 400 ppm.
Por otra parte, comentó que el CO2 es responsable de gran parte de los gases de efecto invernadero, causantes de la contaminación atmosférica en un 43.1 por ciento.
Finalmente, expuso que las minas de carbón, los procesos industriales, la agricultura, los fertilizantes, los vehículos, incendios forestales y la producción de petróleo son las principales fuentes de dióxido de carbono, que afecta la capa de ozono.