Hacia dónde va la ciencia en México, la iniciativa que arrancó en 2013 como resultado de un convenio tripartita del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República (CCC), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), con el objetivo de hacer contribuciones importantes y de trascendencia para el país, presentó una colección de 22 libros producto de dicho trabajo.
Los tomos concentran la labor realizada a través de 96 mesas redondas que se organizaron para revisar las principales tendencias y avances de la ciencia en México desde tres distintas perspectivas –académica, sectorial y tecnológica-, a fin de detectar áreas de oportunidad para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en nuestro país.
El evento se celebró la noche de ayer jueves y sirvió de marco para la inauguración y develación de placa del nuevo Auditorio “Eugenio Méndez Docurro” del Conacyt, a donde se dio cita una concurrida asistencia de investigadores, académicos, funcionarios, así como familiares del director fundador del Consejo, organismo que en el 2015 cumplió su 45 aniversario.
Un trabajo serio, esperado y valioso
El director general del Conacyt, Enrique Cabrero, reconoció que el trabajo es una contribución importante que el organismo que dirige se toma muy en serio, porque ayuda a la elaboración de una hoja de ruta que no ofrece el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (PECiTI), que aunque es un Programa que por primera vez hace mención de grandes temas prioritarios o problemas que deben ser atendidos por la comunidad científica por su relevancia, lo hace con áreas estratégicas y lineamientos enfocados pero más generales.
“Evidentemente, Hacia dónde va la ciencia en México es un paso mucho más acotado. Nos marca en los diferentes campos las ramas de trabajo, tipo de proyectos, la prospectiva hacia dónde debemos ir caminando, hacia la infraestructura o apoyos que se requerirán en los próximos años. Eso es muy valioso y ahora sí podemos hablar de una hoja de ruta mucho más clara hacia el futuro”, dijo.
Sostuvo que las recomendaciones y propuestas que surgieron de las mesas redondas realizadas en los distintos campos de conocimiento, que quedaron integradas en las 22 ediciones, así como las reflexiones y líneas de acción que surgieron en la última fase, deben irse incorporando a las convocatorias que emita, por ejemplo, el programa de atención a problemas nacionales para los años 2016, 2017 y 2018.
“Unos de los primeros ejercicios que deberíamos hacer en Conacyt es revisar los textos para saber qué conviene hacer en los diferentes campos de conocimiento en los próximos tres años, estamos en un excelente momento para hacerlo, por eso nos viene muy bien este esfuerzo”.
Enrique Cabrero sostuvo que para el Consejo la finalización de esta etapa de Hacia dónde va la ciencia en México, es el punto de partida para el Conacyt, desde donde se tienen que impulsar los siguientes pasos y las reuniones necesarias.
“Bienvenida sea esta colección de libros, nos va a permitir profundizar en el ámbito de la ciencia y la tecnología. Estamos muy satisfechos de este trabajo, pero estamos a la mitad del mismo, porque lo que viene ahora es que nos sirva para tomar decisiones en Conacyt, para diseñar mejores convocatorias, para apoyar los proyectos que deban apoyarse, y también que sirva para la comunidad científica para entender cómo están evolucionando el conocimiento”.
El director del Conacyt hizo un especial reconocimiento a la labor de Jorge Flores, coordinador general del CCC: “Quiero agradecer tu liderazgo en este proyecto, el esfuerzo y colaboración para generar un ambiente propicio, tu contribución desde el Consejo Consultivo de Ciencias nos ha permitido a toda la comunidad científica avanzar hacia la dirección correcta”.
Un trabajo que trascienda las fronteras
El presidente de la AMC, Jaime Urrutia, expresó que el siguiente paso de los libros Hacia dónde va la ciencia en México será que se generen nuevas propuestas e iniciativas, ya que el material, además de estar disponible en impreso, contará con dos versiones digitales: una simple de lectura y otra con ligas html con información adicional, así como con opción para agregar comentarios, críticas y modificaciones. De esta forma, no sólo será útil para sociedades científicas, academias e instituciones nacionales, también podría ser material de interés para comunidades en otras partes del mundo.
“En la parte académica tenemos que analizar cómo podemos tener una repercusión mucho más amplia con colaboraciones internacionales de este esfuerzo que estamos haciendo en el país con otros países de Iberoamérica y Norteamérica”, dijo. Añadió que se dio un primer paso al traducir al inglés el libro “Migración y Desarrollo”, el cual se enviará a las Academias de Estados Unidos y Canadá por tratarse de un asunto común, pero, “podemos hacerlo más amplio” desde la Red Interamericana de Academias de Ciencias y la Red Global de Academias de Ciencias que agrupa a 120.
Tres años de trabajo, 96 mesas redondas, mil investigadores: 22 libros
El doctor Jorge Flores comentó que Hacia dónde va la ciencia en México es un esfuerzo importante que no tiene antecedentes en nuestro país.
Nació, dijo en entrevista para la AMC, para hacer aportaciones importantes, para lo cual era necesario conocer antes el arte de la ciencia en México. “Hace seis décadas el país contaba con muy pocos científicos, poco más de cien, y era muy difícil priorizar cuáles eran los temas de investigación que había que seguir porque no había suficientes recursos humanos, y haberle dado prioridad a uno habría sido una idea no correcta; entonces lo que se necesitaba era ampliar la base de la investigación en México. En la actualidad, la situación es diferente –no suficiente para el país que somos-, pero solo en el Sistema Nacional de Investigadores hay 25 mil investigadores inscritos, todos con doctorado, y hay muchos más científicos mexicanos que trabajan fuera del país, se sabe que en Estados Unidos hay unos diez mil. Un número significativo”.
Recordó que en febrero del 2013 se dio a conocer la iniciativa de análisis y prospectiva del conocimiento Hacia dónde va la ciencia en México, un ejercicio que revisaría las principales tendencias y avances de la ciencia desde la perspectiva de la academia, de los problemas y las técnicas, a través de 60 mesas redondas con la participación de 300 ponentes.
Al final, las expectativas se superaron, pues fueron 500 los científicos, académicos, tecnólogos y líderes sectoriales los que participaron y 96 las mesas redondas realizadas. Los encuentros se llevaron a cabo en la zona metropolitana y en distintos estados de la República mexicana, a los que habrían asistido unas diez mil personas como público.
Esta primera fase se realizó en el 2013 y de las mesas de exposición, discusión y debate resultaron documentos, y de estos salieron propuestas para líneas de acción. “De toda esta información que se reunió se obtuvieron dos elementos relevantes: uno, el estado actual de la ciencia en México, y dos, conocer por dónde se considera que la ciencia en nuestro país debe caminar”.
Después se pidió a los organizadores de las mesas que coordinaran la edición de un libro con el tema correspondiente. Es así, que el trabajo quedó comprendido en 22 libros, en los que se incluyen textos, artículos, resultado de las presentaciones que se hicieron en las mesas redondas –con más de mil horas de ponencias–, las propuestas de líneas de acción y la lista de las personas que participaron, así como la relación de las instituciones involucradas.
Por una inquietud del doctor Eusebio Juaristi, investigador del Cinvestav y miembro de la AMC, quien quiso dar un paso más, se ideó y adicionó la tercera fase, la cual consistió en concretar las líneas de acción propuestas en los libros –en su caso el tomo “Ciencia Química”, que el mismo científico coordinó junto con Oliverio Rodríguez Fernández–. Se trabajó nuevamente con alrededor de 60 investigadores y se produjo un nuevo documento, más acotado, el cual el CCC convirtió en un resumen ejecutivo (para entregarlo a los tomadores de decisiones en el país). Esta labor con el mismo esquema se hizo con otras áreas más: física, ingeniería, salud mental y adicciones, ciencias sociales, agrociencias y telecomunicaciones.
“En las 96 mesas redondas participaron 500 ponentes, y muchos de ellos intervinieron en las tres fases; es decir, se movilizó a mil investigadores integrantes de la comunidad académica y científica del país para tener su opinión con temas que tienen que ver con la ciencia y la tecnología en México. Este trabajo es un ejercicio de planeación jamás hecho en el pasado”, aseguró Jorge Flores.