Kjell Gunnar Fuxe, reconocido neurocientífico a nivel mundial, ingresó como Miembro Correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) en una ceremonia realizada en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM (IFC). La bienvenida estuvo a cargo de José Franco, presidente de la AMC; Marcia Hiriart, directora del IFC, y Miguel Pérez de la Mora, investigador anfitrión.
Las investigaciones de Fuxe, profesor emérito del Instituto Karolinska en Suecia y miembro del comité que otorga el Premio Nobel en Medicina o Fisiología en la misma organización, han servido de base para el entendimiento de la comunicación entre neuronas en el sistema nervioso central de los mamíferos, dijo Pérez de la Mora al leer ayer la semblanza del científico. “Su nombre y sus trabajos seminales en este campo son familiares a todos los que nos ocupamos en esta materia científica”.
Debido a que su trabajo está enfocado a la biomedicina, Fuxe dijo por su parte que el principal interés es encontrar novedosos tratamientos para atender enfermedades neurológicas y psiquiátricas como las adicciones, la depresión, la esquizofrenia y el Parkinson. “Ese es el objetivo de mi investigación”, afirmó.
El estrecho vínculo que hay entre el neurocientífico sueco y México respaldan su ingreso a la AMC. “Desde hace más de 40 años, el doctor Fuxe ha trabajado con grupos especializados en las áreas de neurociencias en nuestro país, principalmente con investigadores de la UNAM, en particular del Instituto de Fisiología Celular, Biotecnología y Neurobiología”, comentó José Franco, quien hizo entrega del diploma que acredita el ingreso como Miembro Correspondiente.
“Adicionalmente a sus contribuciones de talla internacional, debemos subrayar su compromiso y dedicación hacia nuestro país: ha colaborado en diversas actividades académicas en México y desde el 2004 funge como evaluador externo en IMPULSA, un proyecto de la UNAM destinado a desarrollar tratamientos para la enfermedad del Parkinson”, agregó.
En el evento, Kjell Fuxe ofreció una conferencia sobre sus más recientes investigaciones, las cuales lo han llevado a proponer un nuevo modelo de comunicación entre neuronas.
Explicó que el modelo “tradicional” supone que luego de ser liberados por las células nerviosas, los neurotransmisores (las sustancias que regulan la comunicación entre neuronas y diferentes funciones orgánicas, como las emociones o el sueño) se unen a los receptores presentes en otras células nerviosas para formar un gran complejo de moléculas, el cual activa una cascada de señales químicas dentro de éstas.
En el modelo que propone el científico sueco, junto con sus colaboradores, la integración de la información en las neuronas no es una acción separada e individual de muchos receptores, sino que dos o más moléculas receptoras de neurotransmisores pueden interaccionar entre ellas para dar una respuesta o señal química más específica o condicionada.
Fuxe reconoció que aún no tiene evidencias contundentes sobre la existencia en el cerebro de estos “heterómeros”, como llama a los receptores que interactúan entre ellos, por dificultades técnicas, pero sigue en la búsqueda.
Con sus resultados, comentó José Bargas, investigador del IFC, Fuxe está mostrando que estos receptores interactúan entre sí logrando acciones que no podrían hacer solos, y al poder combinarse entre ellos aparece la posibilidad, aún lejana, de diseñar drogas que actúen sobre las combinatorias de los receptores, lo que en su opinión será extraordinario porque si resulta cierta la hipótesis habrá muchos nuevos tratamientos, impensables por ahora.
Una de las aportaciones que Bargas destacó sobre el trabajo de Fuxe y que ha sido muy relevante en el entendimiento del flujo de información en el cerebro, es el trazado que realizó de todas las vías neuromoduladoras en este órgano, el cual ya aparece en los libros de texto de fisiología, neurociencias y medicina.
“Después Fuxe mostró que los moduladores que usaban esas vías no necesariamente funcionaban a través de sinapsis (la unión especializada entre neuronas que permite el paso del impulso nervioso de una célula a otra)”, explicó Bargas, quien añadió que también demostró que ocurría mediante un mecanismo al que llamó ‘transmisión por volumen’, en el que los neurotransmisores pueden actuar a distancia, ocupar grandes volúmenes y modular muchos tipos de células.
“De hecho, esta es la razón por la cual funcionan las drogas porque si actuaran solo a través de la sinapsis nada se podría curar; las drogas funcionan porque se disuelven en el líquido extracelular y llegan a hasta su blanco. Fuxe mostró que eso pasa”, afirmó.