Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) finalizaron la restauración de cinco retablos barrocos que fueron atendidos in situ en las comunidades de Teotongo, Tejupan y Suchixtlahuaca, en la Mixteca Alta oaxaqueña.
Luego de concluir la intervención, recientemente el INAH hizo entrega de estos bienes culturales a sus comunidades. Los trabajos formaron parte de un proyecto de recuperación que realiza el área de conservación de altares y retablos de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), dirigida por el restaurador Luis Huidobro.
En el templo de San Cristóbal, en la comunidad de Suchixtlahuaca, se trabajó en el retablo principal de finales del siglo XVIII, de 12 metros de altura, dedicado al santo patrono, y uno lateral de la misma época, de 4 metros de altura.
El restaurador explicó que el lienzo del retablo, alusivo al Juicio Final, está firmado por Miguel de Mendoza, pintor de la época novohispana. “Lo que más llama la atención es que integra desnudos, que es algo poco común, porque el Concilio de Trento estableció que las pinturas tuvieran el decoro suficiente, así que no sabemos cómo permitieron este tipo de imágenes, que es como estar viendo estampas de Rubens o Miguel Ángel”.
“Una vez intervenidas las obras, se logró recuperar el 85 por ciento de la capa de oro y los repintes fueron eliminados. Los desnudos, que en algún momento fueron opacados, ya se aprecian nítidamente”, puntualizó Huidobro.
El especialista mencionó que las obras de Miguel de Mendoza reflejan la calidad técnica del pintor en el uso de luces y sombras en la representación de sus personajes, la construcción de texturas a base de veladuras (tinta transparente que se aplica para suavizar el torso de lo pintado). Algunas de sus creaciones se encuentran en comunidades de Oaxaca, Puebla y Guadalajara.
En el caso de la comunidad de Tejupan, explicó, se entregó del retablo dedicado a El Señor de los Trabajos, cuyas dimensiones son de 6 metros de altura por 4 metros de ancho. Durante nueve años se han atendido siete retablos barrocos que van del siglo XVI al XVIII, y uno neoclásico de principios del siglo XIX, todos pertenecientes al templo de Santiago Apóstol.
“El retablo El Señor de los Trabajos, fechado en 1849, fue objeto de limpieza y se hicieron labores de reestructuración. También se atendió la pintura que representa la advocación de este mismo Cristo, de 3 metros de alto por 2 metros de ancho”.
Finalmente, en Teotongo se entregó el retablo principal del templo de Santiago Matamoros (de 11 metros de altura y que data del siglo XVIII), el cual ameritó dos temporadas de trabajo.
El restaurador Luis Huidobro puntualizó que “la intervención de estas obras tienen como finalidad recuperar sus valores agregados: su historia, tecnología, estética; de eso se trata la restauración, de rescatar la esencia”, concluyó.