A partir de este sábado, los cien mejores alumnos con conocimientos sobre Historia de México buscarán colocarse en los primeros lugares de la etapa final de la VII Olimpiada Mexicana de Historia (OMH), la cual se llevará a cabo del 4 al 6 de mayo en Querétaro, Querétaro, con el objetivo de llegar a la gran final que definirá al ganador o ganadora absoluto.
Los jóvenes son estudiantes de entre 12 y 16 años de edad y representan a los estados de Baja California, Coahuila, Distrito Federal, Estado de México, Hidalgo, Nuevo León, Puebla, Tlaxcala y Zacatecas.
En la primera etapa del concurso participaron un total de 157 mil 863 estudiantes de 22 estados de la República Mexicana, de los cuales pasaron alrededor de 12 mil a la segunda fase, de la que salieron los finalistas que estarán presentes a partir de mañana en la sede del concurso que organizan la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y Fundación Televisa.
El doctor Alfredo Ávila Ruela, coordinador nacional de la OMH, mencionó que para este año hubo algunas novedades en cuanto a la participación de los jóvenes, siendo una de las más destacables el fuerte impulso que le dieron las entidades de Baja California –que mantiene su tradicional alta asistencia–, y el Estado de México que se sumó, “con una impresionante delegación que enviaron a la primera inscripción y se ve reflejada en esta etapa de la competencia. No habíamos tenido en los seis años anteriores del concurso estados que tuvieran tanta participación y presencia“.
La Olimpiada Mexicana de Historia comprende exámenes que ponen a prueba los conocimientos que tienen los alumnos de las épocas Prehispánica, Colonial, así como de los siglos XIX y XX. El concurso incluye dos exámenes escritos, uno de los cuales es un ensayo.
“En cuanto a las pruebas, en esta ocasión vamos a entregarles otras fuentes históricas para que los jóvenes aprendan a leerlas, analizarlas y, con base en la lectura de textos de fuentes originales y su propio conocimiento, elaborarán un ensayo para la calificación final“, explicó es investigador del Instituto de Estudios Históricos de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Después de siete ediciones de la olimpiada, Ávila Ruela expresó que el comité organizador, integrado por historiadores expertos en las distintas épocas históricas en las que se examinará a los estudiantes, se siente satisfecho por la alta participación que se mantiene, lo cual quiere decir que el interés no ha decrecido.
El comité organizador lo conforman las investigadoras Erika Pani, Graciela Márquez y Valeria Sánchez, del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México; así como Estela Roselló, Berenice Alcántara, Federico Navarrete e Iván Escamilla, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.
Sobre la alta convocatoria que tiene la más joven de las olimpiadas de ciencias que organiza la AMC, Alfredo Ávila sostuvo: “Estamos hablando de más de 150 mil alumnos inscritos, me parece que hay más interés de la juventud por concursar, lo que hace falta es fomentar este interés en las autoridades y en los enlaces de los estados para que inviten a los niños y se busque un mayor equilibrio en la participación estatal. Sin duda hemos superado ya la prueba del tiempo y la mejor muestra es que los chicos siguen presentándose a los exámenes“.
Destacó que en Querétaro estarán los cien mejores estudiantes de la historia de nuestro país. Los cinco primeros lugares participarán en la gran final en un programa de televisión y para ellos este año habrá sorpresas. “Hemos estado haciendo renovaciones en las pruebas, lo que hará un concurso mucho más dinámico”.
En el examen del primer día, este sábado, los estudiantes harán la lectura de cuatro textos de historiadores actuales y deberán responder preguntas relacionadas con esas obras y otras más sobre las cuatro épocas arriba mencionadas.
Para el segundo día, los participantes serán divididos en dos grupos y realizarán un ensayo con dos fuentes distintas. El objetivo de este último ejercicio es que reflexionen acerca de la lectura, aporten de su propia experiencia y de sus conocimientos históricos.
La calificación final es resultado de la evaluación que llevarán a cabo los especialistas y que considera conocimientos históricos y capacidad de relacionarlos con los textos de lectura proporcionados; análisis de lectura, ortografía y redacción.
Acerca de las escuelas de procedencia de los alumnos, Alfredo Ávila sostuvo que las escuelas públicas son las que tienen mayor presencia pues en número son mayor que las privadas. “Pero algo que me da mucho gusto decir es que el términos generales, no hay diferencia de calidad entre los jóvenes que participan de escuelas públicas y privadas en el área de la enseñanza-aprendizaje de la Historia de México”.