Ningún mexicano lo había conseguido. Entre los remeros destacados del orbe que han tenido el privilegio de ganarlo está el inglés Steve Readgrave, quien fue cinco veces medallista de oro en Juegos Olímpicos. Este 2011, un joven con apenas tres años en la disciplina, levantó la mano y puede presumir ser el primer monarca del Campeonato Mundial Bajo Techo: Juan Carlos Cabrera, hecho “orgullosamente” en la UNAM.
El público que asistió al estadio de hockey de la Universidad de Boston, en Estados Unidos, el pasado domingo 19 de febrero, fue testigo de cómo el empuje, coraje y garra de Cabrera pudo más que el esfuerzo de 2 mil 263 atletas que buscaban ser los mejores en esta justa mundialista.
Recorrer dos mil metros en cinco minutos con 55 segundos, que fue el tiempo hecho por el estudiante de Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, demostraron que los atletas mexicanos pueden estar a la altura de los mejores del mundo.
Con la Rectoría y la Biblioteca Central a su espalda, emblemas de la institución que tanto ama, y sentado sobre la máquina con la que salió airoso de la justa (que simula el trabajo que se hace sobre el agua), Juan Carlos Cabrera platicó sobre este logro tan importante.
“La verdad es que me siento como en shock, porque ser el primer mexicano que gana en esta justa y ser el primero que marca ese tiempo en un Campeonato del Mundo, es increíble. Muchos se acostumbran a los estereotipos que los mismos nacionales te ponen, y ser tú el que los rompa se siente una emoción muy grande”, explicó con mucho orgullo Juan Carlos.
Este fue un éxito que no esperaba el atleta, de apenas 18 años, pero que sí llegó a imaginar antes de iniciar la competencia. Él se planteó dos objetivos: el ideal, que era ganar la carrera; y el real, que era quedar dentro de los mejores ocho; sin embargo, ya todos conocemos el desenlace.
“Cuando estaba calentando y observé que iba a competir contra personas más altas y fuertes que yo me cambió la perspectiva, porque aquí en México estamos acostumbrados a medirnos con atletas de distintas alturas y allá era muy parejo, pero afortunadamente me concentré en lo mío y cuando paré la máquina y vi que mi objetivo ideal se consumó fue muy emocionante”, rememoró con gran satisfacción uno de los representantes de México en los Juegos Panamericanos de Guadalajara.
Con este triunfo los propósitos y expectativas del atleta auriazul han ido en aumento. Hace algunos años la idea era conseguir una medalla en una Olimpiada Nacional, hace pocos meses era calificar a los Panamericanos, y en esta ocasión era conseguir un buen lugar. Hoy espera ser uno de los representantes de México en el Mundial Sub 23, a realizarse del 12 al 15 de julio en Lituania.
El crecimiento de este atleta en su disciplina se ha dado con una velocidad que pocos pueden presumir. Hace tres años y dos meses dejó de practicar otra de sus pasiones, el futbol americano (jugó con los Cougars de la UNAM) para adentrarse de lleno al remo, deporte que le ha dejado muchas satisfacciones, pero que si no fuera por la mentalidad que le inculcaron en la disciplina de las tackleadas, dijo, no sería lo que es ahora.
“Me fue difícil decidirme entre un deporte y otro, porque vi las posibilidades que tenía a futuro, pero lo mío siguen siendo los golpes”, comentó entre risas, y añadió: “la verdad es que la disciplina que me inculcaron en el futbol americano la aplico en el remo, los dos son mis pasión, pero la prioridad ahorita está en el remo, aunque si me dijeran que me pusiera unos shoulders y un casco para jugar un clásico, por supuesto que lo haría”, bromeó el auriazul.
Con su 1.94 de estatura y 102 kilogramos de peso, Juan Carlos Cabrera está agradecido con todas las personas que han estado de alguna forma atrás de sus triunfos y fracasos, sabe que sin ellos esto no sería posible; pero además se congratula por estar en la UNAM y no duda en demostrar el cariño que siente por ella cada vez que tiene la oportunidad.
“Siendo de la Universidad es como tener una doble responsabilidad. Si me toca competir por México, yo traigo la playera de la UNAM y la de la selección a la par. Es muy padre traerle una medalla a tu escuela y al país”, finalizó quien se ve a futuro como periodista deportivo y reportero de la NFL.