Por Pedro Flores

Algo tienen que hacer las ligas y en lo particular los coaches, para que el fútbol americano nacional vuelva a ser emotivo, que genere interés el asistir a un estadio, si bien en este momento no hay los grandes ídolos como en antaño, los entrenadores deben de buscar la forma de dar vistosidad a los encuentros.

El encuentro entre los Auténticos Tigres y los Pumas de la UNAM, se vivió intensamente, los últimos 20 segundos, porque aún cuando ya los norteños difícilmente empatarían o ganarían el juego, faltando 14 segundo lograron una anotación y se fueron a la patada corta para tratar de recuperar el balón y poder iniciar una ofensiva, pero el ovoide no cruzó las 10 yardas reglamentarias.

Pero fueron los último 20 segundos no todo el encuentro, en donde se apreció un juego perfectamente scauteado por ambos bandos, cuyas defensivas no permitían muchas cosas y que incluso se lucieron y daban paso a unas ofensivas tan vistas , que hasta Alejandro Morales “ El Canario” se aburrió y mejor se fue del partido.

Los que tenemos  algunos años asistiendo a los emparrillados, no entendemos como los equipos actuales no tienen jugadas para la ahora llamada “Zona Roja”  y mandan jugadas scauteadas que no motivan y que todos saben que van a fracasar, como lo hicieron los Auténticos Tigres.

A los viejos aficionados nos vienen a la memoria  las grandes estrategias, las innovaciones, como aquella que sacó el inolvidable Roberto ·”tapatío” Méndez en la década de los 50as cuando con un in tacle destrozó 43-0 a los Burros Blancos del IPN  que en esa ocasión tenían un súper equipo.

Pero más aún dejemos a un lado las innovaciones, sino simplemente vamos a ver lo más común en otras épocas, como fueron las patadas de sorpresa, las reversibles, las doble reversible, las reversibles con pase y toda una gama de jugadas que hacían vibrar a la afición y la paraban de sus asientos.

Ahora que tenemos, nada,   bueno ni siquiera la esperanza de ver a un  corredor con las características de Jorge Mercado, el Rudy Ruiz o a un gran mariscal de campo con “Manos Mágicas”, se ha perdido la emoción de lo novedoso y se ha caído en la monotonía de un juego como el de ayer de campeonato, que sólo tuvo 20 segundo de emoción.