Por Jesús Alberto Cano Vélez (*)
*¿Necesitamos una reforma financiera?
El Colegio Nacional de Economistas concluyó recientemente el debate nacional para el que organizó ocho foros regionales, hacia la participación en los Estados; y dos foros nacionales de evaluación y conclusión, en Toluca y en la ciudad de México.
Los foros regionales estimularon la participaron de economistas de los colegios estatales, gremios de empresarios, autoridades económicas estatales y federales, asociaciones profesionales y ciudadanos interesados.
Analizaron la marcha de la economía y la necesidad o no de un nuevo proyecto nacional de desarrollo.
Las participaciones fueron de primera: originales y sustantivas; se hicieron propuestas serias e imaginativas; y detectamos en los ponentes un enorme anhelo de ser escuchados. Se reflejaba insatisfacción y temor por su vulnerabilidad ante las manifestaciones y tendencias de la economía.
En el artículo de hoy me voy a centrar en las aportaciones a la Mesa 1 del Foro de la ciudad de México: “Estado promotor, una reforma financiera para el fomento económico”.
En el tema del mandato del Banco de México hubo una importante diferencia de opiniones --igual que en los foros regionales-- sobre si el mandato debe ser sólo la lucha contra la inflación o debe ampliarse para incorporar objetivos de crecimiento, empleo y la salud del sistema financiero.
“El modelo actual privilegia la estabilidad de precios, provocando un estancamiento económico en los últimos 30 años”, sostuvo Francisco
Suárez Dávila, ex subsecretario de Hacienda. “Es necesario revisar que el banco central siga también otros objetivos, como crecimiento y empleo y que el tipo de cambio se maneje para promover la competitividad y no como un instrumento contra la inflación.”
A ello respondió Manuel Sánchez González, subgobernador del Banco de México, que el banco central atiende el crecimiento porque provee a la economía de dinero y procura la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda y el sano desarrollo del sistema financiero, y dijo:
“Estando estos bien, todo lo demás funciona mejor. La inflación es un mal para cualquier sociedad por sus efectos sobre la población y además existe una relación inversa: entre más crecimiento, menor inflación”.
En el tema de la banca comercial: ¿Cómo lograr que la banca comercial y las organizaciones auxiliares de crédito tengan papel más activo en financiar la inversión y demás actividades productivas?, Jesús Silva-Herzog, ex Secretario de Hacienda, dijo: “El crecimiento de México ha sido mediocre en las últimas décadas. La economía se ha rezagado en comparación con los países de América Latina y actualmente el BRIC –que es Brasil, Rusia, India y China-- se escribe sin la “M”. En épocas pasadas hubiera sido impensable que eso ocurriera.
“Keynes dijo que no había país exitoso en el mundo sin participación del Estado en la economía, como ocurre hoy en México –criticó-- Hay un Estado obeso, igual que en los años 80s, porque se pasó a un Estado de excesos a uno débil; o sea que se ha ido al otro extremo.”
Y nos recordó que la banca mexicana “ha tenido una profunda transformación porque pasó de una banca privada a una nacionalización, en 1982 –que fue equivocada-- para después pasar a la privatización de la banca, con poca transparencia, con la crisis de 1994-1995. Y luego se pasó a su rescate y poco después a su extranjerización.”
A juicio de Silva-Herzog, ha sido un error que la banca mexicana pasara a manos extranjeras, porque “ningún país de nuestra dimensión e importancia lo ha permitido. Las comisiones que cobra la banca en México son superiores a las que cobran en los países de origen y el apoyo a las actividades productivas es mediocre”, sostuvo.
Añadió que “hay un inmenso diferencial de tasas de interés entre las pasivas con que capta y las activas con que presta.”
A ello respondió Luis Robles Miaja, presidente Ejecutivo de la
Asociación de Bancos de México, y dijo que la banca mexicana ha venido creciendo a un ritmo de dos dígitos y que está promoviendo el crecimiento, dando también crédito a Pymes y que el Estado debe partir de políticas públicas orientadas (1) al desarrollo del mercado; (2) manejo responsable de la macroeconomía; (3) mayor transparencia y rendición de cuentas, y (4) salud del sistema financiero.
Finalmente, el tema del desempeño de la banca de desarrollo fue atendido por cinco conocedores del tema, desde diferentes experiencias. El Director General de NAFIN y BANCOMEXT, Héctor Rangel Domene, destacó que el sistema financiero ha cambiado mucho; que en México hay un sector informal que impide la penetración financiera y que se busca avanzar.
“Se necesita penetración financiera para que contribuya al fomento económico. Además, el sistema es complejo e involucra más rápidamente a la regulación financiera. Por eso hay que pensar en micro crédito y finanzas, porque no hay una política integral; hay que profundizar en sistemas de garantía para promover los créditos de la banca comercial”, expuso.
Por otra parte, consideró que “hay una variedad de ventanillas que confunden al cliente; falta de autonomía de la banca de desarrollo; fragmentación y dispersión de su oferta de productos y altos costos de operación”.
Luego Alfredo Phillips Olmedo, ex director de BANCOMEXT dijo que la última crisis “fue secuestrada por la inmediatez de los mercados para salvar a los bancos, resolver la deuda soberana, el déficit público y el combate a la inflación, sin atacar la promoción del empleo y el desarrollo.”
Eso confirma -precisó- que el Estado tiene un papel de rector y orientador que debe jugar para corregir esas imperfecciones del mercado y promover el crecimiento.
Explicó que la banca de desarrollo “debe verse en un contexto de un Estado promotor y recuperar el sistema de canalización de créditos a través de los antiguos cajones de crédito del Banco de México, en conjunción con la banca de desarrollo”.
En su intervención, Rolando Cordera, profesor emérito de la UNAM, quien se ha dedicado al tema de combate a la pobreza, sostuvo que hay que homologar criterios para la evaluación de la banca de desarrollo en torno a un sistema de planeación. Además -dijo- la banca de desarrollo creó la infraestructura, la base de la modernización mexicana, y propuso que ante la inexistencia de una política industrial, hay que desarrollarla nacionalizando la globalización.
El Maestro de Harvard, Gerardo Cajiga Estrada, Secretario de Finanzas de Oaxaca, afirmó que hay que abrir canales a los Estados con los organismos internacionales de desarrollo, de manera de disponer de asistencia técnica, como lo hace el Estado de México; y que la banca de desarrollo debe participar para el refinanciamiento de la deuda de los Estados a través de garantías de pago oportuno. Indicó que los Estados, como un todo, no tienen problemas de deuda y todos esos “ruidos” no tienen que ver con la mayoría.
Finalmente intervino el Ing. Fernando Hernández Lohr, productor agropecuario y pesquero de Sonora, quien habló de la importancia del financiamiento al campo y a la pesca, actividades altamente productivas.
Dijo que la crisis mundial de alimentos ofrece una importante oportunidad para los productores de granos que pueden venderse como alimentos o para convertirlos en energía, etanol.
(*) Presidente del Colegio Nacional de Economistas