Los diputados federales se tardaron ocho días para responder a la Iglesia católica que los calificó de todo lo que hay en el infierno y en la sesión del martes pasado se dijeron ofendidos. Y en esa vorágine, los panistas aprovecharon para reprochar a los colegas parlamentarios y los conminó a “no sean tan sentidos”.
En esa sesión pública ordinaria, los legisladores comentaron sobre el Estado laico, ante la publicación de un texto titulado “Vergüenza Legislativa”, en la editorial del “Semanario católico desde la fe”, el pasado 30 de octubre.
Al respecto, el diputado priísta Carlos Flores Rico dijo que el texto es verdaderamente vergonzoso, pues hace años que no había en la política mexicana “una diatriba de este tamaño, con esta suciedad, con esta mala vibra, con esta mala fe”.
Y añadió: “La protesta del Congreso no va contra que la Iglesia no opine; puede opinar, por supuesto; tiene una misión social, puede hacerlo, ellos pueden hablar, lo que no pueden es insultar, lo que no pueden es agredir. Eso es lo que molesta y lo que irrita. Y en este Congreso, en esta Cámara sí hay dignidad para decirles con todo respeto: no se vale”, aseguró.
Del PAN, el diputado José Gerardo De los Cobos Silva negó que haya un ataque al Estado laico con esas publicaciones, ya que la separación Iglesia-Estado sigue siendo la separación Iglesia-Estado, como dice la ley, pero lo que sí es un ataque es que no haya los resultados necesarios de las instituciones a favor de los mexicanos.
“No es un documento del magisterio, no es una encíclica, no es una carta apostólica, es un editorial en una publicación que ha causado el interés de muchos grupos parlamentarios. Si lo que quieren hacer de todo es una hoguera están en su derecho, pero lo que sí necesitamos es hacer que las instituciones funcionen, que las instituciones trabajen, que México salga adelante”, abundó.
La diputada perredista Enoé Margarita Uranga Muñoz subió a tribuna para señalar que la falta de autoridad y debilidad, inclusive el vacío de poder del Estado laico con este México resulta inaceptable. Agregó que la política pública debe evitar el autoritarismo religioso ejercido desde la creencia de un gobernante, evitando con ello la exclusión social y la injusticia.
“Es responsabilidad del gobierno vigilar que estos valores se cumplan, que no sean amenazados, especialmente por los poderes fácticos, más cuando la Constitución está siendo violentada. La laicidad no es una mera metáfora, no es un capricho político y menos una casualidad histórica, sino es el elemento indispensable para que se pueda hablar de un Estado conformado por la voluntad popular de personas con dignidad jurídica reconocida y protegida”, enfatizó.
El diputado Alberto Emiliano Cinta Martínez (PVEM) pidió que la Secretaría de Gobernación haga lo que por ley está mandatada, es decir, actuar en consecuencia a uno de los atentados, a una de las críticas más fuertes que se han hecho desde la Iglesia a las instituciones de la República.
Resaltó que el texto de la Iglesia violenta un principio fundamental establecido en la Constitución y es una ruptura del Estado laico, “que es la mejor garantía de la libertad religiosa; el Estado laico es sinónimo de democracia, de pluralismo, de tolerancia, de no discriminación, de respeto a las minorías”.
Por el PT, el diputado Gerardo Fernández Noroña mencionó que los argumentos del “Semanario católico desde la fe” representan un rompimiento bárbaro del Estado laico, ya que no había habido una declaración tan injuriosa contra una institución de la República desde el siglo XIX. “Es muy serio lo que están planteando”.
Se manifestó porque se presente una queja formal ante la Secretaría de Gobernación exigiendo “todas las sanciones que implica para el Arzobispo Primado de México y su órgano de difusión Desde la mala fe, debe haber mucho mayor seriedad nuestra para dar respuesta a tan canalla campaña a la que se ha sumado ahora la jerarquía católica en nuestra contra”.
La diputada Laura Arizmendi Campos (Movimiento Ciudadano) expresó que desde hace dos décadas el país se encuentra enfrascado en una lucha de carácter ideológico entre los defensores y los detractores del Estado laico.
Dijo que cuestionar el Estado laico es una forma de increpar libertades y derechos individuales y colectivos que se han ido consolidando a lo largo de 200 años de vida independiente. “La laicidad está ligada a la conformación de instituciones y formas democráticas de ejercicio del poder, que hemos logrado consolidar a través del diálogo, la negociación y la participación social”.