“Las medidas hasta ahora adoptadas en el país no se han traducido en cambios significativos en el consumo de tabaco durante los últimos seis años", expresó la senadora Gabriela Cuevas Barron, al precisar que cifras de la Encuesta Nacional de Adicciones señalan que hay 17.3 millones de fumadores activos en nuestro país y casi la mitad inició el consumo de tabaco antes de los 16 años.
Es por lo anterior que la legisladora panista busca reducir el consumo del tabaco y presentará una iniciativa que reforma la Ley General para el Control del Tabaco.
La legisladora federal indicó que anualmente en nuestro país fallecen 60 mil personas por enfermedades atribuibles al tabaquismo, que se traduce en 165 muertes diarias que podrían ser prevenidas.
Asimismo, señaló que además de las lamentables pérdidas humanas, la atención médica de enfermedades relacionadas con el tabaquismo representan un gasto significativo para los mexicanos que pueden ir de los 23 mil a los 43 mil millones de pesos al año, si tomamos en consideración sólo cuatro enfermedades provocadas por el tabaquismo.
Gabriela Cuevas consideró necesario que los legisladores trabajen en la adecuación del marco legal, a fin de cumplir con los estándares internacionales, por lo que señaló que su propuesta pretende cumplir con el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco, a través de las tres medidas que precisa la iniciativa.
La primera de ellas, señaló Cuevas Barron, es un empaque sencillo para todas las cajetillas de cigarro, por lo que deberán ser elaboradas en color verde olivo y sin incluir marcas ni logotipos aparte de las advertencias sanitarias.
La legisladora federal puntualizó que Australia fue el primer país en el mundo que implementó este empaquetado, como fórmula eficaz para contrarrestar las tácticas de marketing empleadas por la industria tabacalera y algunos especialistas han señalado que este tipo de cajetillas sobrias y poco atractivas suponen una barrera para el fumador en el momento de adquirir y consumir el producto.
Cabe señalar, que esta regulación fue impugnada por la industria tabacalera. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Australia desestimó el recurso interpuesto y, en consecuencia, la OMS exhortó al resto del mundo a seguir el ejemplo de ese país y adoptar una postura firme ante la mercadotecnia del tabaco, expresando que “con la victoria de Australia, la salud pública traspasa el umbral de un mundo mejor en su lucha contra el tabaco”. El empaquetado sencillo es una fórmula muy eficaz para contrarrestar las tácticas implacables de marketing empleadas por la industria.
La senadora panista estableció como segunda medida, prohibir la exhibición de las cajetillas de cigarros en los puntos de venta, que abarcaría no sólo a las tiendas y establecimientos comerciales sino también a los vendedores ambulantes, ya que la visibilidad de estos productos es una forma disfrazada de publicidad y, además, crean la impresión de que su consumo es socialmente aceptable.
Por último Cuevas Barron propone aumentar la edad mínima para la venta de cigarillos de 18 a 21 años ya que consideró, retrasar la edad de venta traería muchos beneficios porque se podría disminuir la probabilidad del consumo de tabaco por jóvenes a edad temprana.
“Estamos ante una epidemia que es totalmente prevenible. De no actuar ahora, para el año 2030 podríamos estar hablando de 8 millones de muertes anuales en el mundo a causa del tabaquismo”**, dijo.
La legisladora señaló que un buen ejemplo de esta medida es Inglaterra, ya que después de implementar una ley para aumentar la edad mínima para la venta de 16 a 18 años, hubo una disminución del 30% del consumo de tabaco entre los jóvenes de 16 a 17 años. Incluso, algunos condados de Estados Unidos como Suffolk, Long Island o Nassau ya han aumentado la edad de venta.
“No debemos esperar tantos años ni tantas muertes para tomar medidas que realmente incidan en la disminución del consumo del tabaco”, concluyó.