El Senado de la República organizó un evento que denominó “Las audiencias públicas para las reformas del sistema electoral y al régimen político”, y ahí los legisladores participantes no tuvieron empacho en reconocer que son pésimos reformadores de las leyes.
Fue el caso del senador panista Roberto Gil Zuarth, quien, en su carácter de moderador de la mesa, reseñó las negativas consecuencias para el país que trajeron los cambios que aprobaron en el Congreso en materia electoral.
De manera directa y sin tapujos, señaló que las recientes reformas en materia electoral que redujeron los topes de financiamiento y de gastos están generando “un mercado negro de financiamiento”.
Aceptó que este mercado negro paralelo repercute negativamente en el proceso de fiscalización de las campañas.
Dijo que quizá se debería de repensar el modelo de fiscalización, desde el punto de vista orgánico.
Al respecto, el legislador panista expuso que no debe ser el Instituto Federal Electoral el que tenga que hacerlo, sino una autoridad distinta y que su única función sea la de revisar el gasto y el financiamiento de los partidos políticos.