Debido al alarmante rezago en el tema de educación sexual, la Cámara de Diputados exhortó a los tres órdenes de gobierno a que revisen, actualicen, amplíen y mejoren las acciones relacionadas con el estudio de la sexualidad en el nivel de educación básica.
En un punto de acuerdo aprobado en la última sesión del Pleno, también se exhortó a los secretarios de Salud, Mercedes Juan López, y de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, para que apliquen conjuntamente un programa permanente de educación sexual en las escuelas de enseñanza básica.
El objetivo es que los todas las niñas, niños y adolescentes estén debidamente informados, lo cual ayudará a prevenir muchos embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual.
Asimismo, se solicitó al secretario de Educación Pública incluir en el plan de estudios de sexualidad para primarias un apartado en donde se enumeren y expliquen los delitos sexuales de los que los niños puedan ser víctimas.
Refiere que de acuerdo con el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, en 2011 el 15 por ciento de la población de entre 12 y 17 años de edad afirmó tener una vida sexual activa, de los cuales el 84 por ciento la inició a los 15 años o antes.
Además, entre 2000 y 2011 la tasa de natalidad en madres adolescentes (hasta los 20 años) se incrementó más del 2 por ciento, al pasar de 17.1 a 19.2, lo cual demuestra que no hay avances en la prevención de embarazos no deseados en este sector.
Subraya que de las 400 mil menores de 18 años que se embarazan cada año, 14 mil se ven obligados a abandonar la escuela.
El punto de acuerdo menciona que según otros estudios, el 67 de las hijas que nacieron con una madre adolescente, también tendrá hijos durante su adolescencia.
Además, añade, el embarazo a temprana edad no es la peor consecuencia que puede propiciar el inicio de una vida sexual desinformada. Hay una gran cantidad de enfermedades como la clamidia, sífilis, gonorrea, VPH, VIH que sólo pueden ser transmitidas por vía sexual, y estas dos últimas pueden tener consecuencias tan graves como la muerte.
Enfatiza que no se debe permitir que la moral esté por encima de un asunto de salud pública; es necesario fomentar valores entre los ciudadanos y solucionar el problema de la poca información sobre sexualidad que llega a los niños y adolescentes.