Para el senador Luis Sánchez Jiménez, la reducción al precio de la gasolina de 41 un centavos es insuficiente y no es producto de la Reforma Energética como anuncia el Gobierno federal; ambos anuncios son engañosos.

Indicó que en los Estados Unidos, donde funcionarán franquicias de Pemex para atraer "el mercado del nacionalismo y la nostalgia", el precio de la gasolina se ofertará a 7.94 pesos por litro, es decir un 40 por ciento menos de lo se vende en nuestro país.

En entrevista, recordó que a partir del 1 de enero, la Secretaría de Hacienda redujo el precio de las gasolinas y el diesel, aproximadamente un 3 por ciento.

La gasolina magna ahora cuesta 13.16 pesos el litro, la Premium 13.98 y el diesel 13.77 como resultado del mecanismo de ajuste que el gobierno estableció para ajustar los precios de los petrolíferos en un máximo de 3 por ciento de acuerdo a las fluctuaciones internacionales.

Sánchez Jiménez informó que el pasado 4 de diciembre, Pemex anunció la apertura de sus primeras gasolineras en los Estados Unidos. Mike Virani, un inmigrante paquistaní y empresario gasolinero en Houston, Texas, decidió ampliar sus negocios adquiriendo la franquicia Pemex. “Luego entonces es un negocio privado, una franquicia más, como las que hay en México”.

Todo con el propósito de atraer a la población de origen mexicano establecida en aquella región, explotando su interés por alimentar su nacionalismo consumiendo productos con marcas mexicanas aunque, en este caso, Virani adquiera gasolina del mercado mayorista sin importar su origen.

De modo que “las estaciones de Pemex” en Houston comenzaron a vender gasolina regular, similar a la magna, a un equivalente de 7.94 pesos el litro. Es el mercado internacional de este combustible el que establece el precio de acuerdo con los costos de producción, no como lo manifestó el Director General de Pemex, que al ser cuestionado de la diferencia de costos del combustible entre EU y México aseguró que era el legislativo de nuestro país quien fijaba aquel precio.

En Estados Unidos, y particularmente en la Costa del Golfo, durante el año pasado, la gasolina regular redujo sus precios en un 12.6 por ciento. Pasó de 2.01  a 1.75 USD el galón y, probablemente, esta reducción continuará dado que los precios del petróleo continúan a la baja y los stocks de gasolinas se mantienen muy elevados.

Tomando en consideración que un galón equivale a 3.78 litros y que el dólar se cotizó en 17.27 pesos (en diciembre).

Con el precio que oferta Mike --el empresario de origen paquistaní--seguramente los mexicanos que vivimos de este lado de la frontera estaríamos deseosos de que esas gasolineras Pemex nos la vendieran a 7.94 pesos el litro o, de una vez, el galón a 1.75 dólares, reiteró el senador mexiquense.

Cuestionó: ¿pero a qué se puede atribuir tal diferencia de precios? Los costos de transporte, en el supuesto de que toda la gasolina se trajera de Houston,  no pueden justificar que los mexicanos, que vivimos en el territorio nacional, paguemos por un producto similar 40 por ciento más que en los Estados Unidos, máxime cuando nuestro país obtiene a costos bajos la materia prima que se usa para su fabricación.

Sánchez Jiménez explicó que es evidente que, de manera general, el precio de los carburantes depende de los precios del petróleo crudo, y así lo entiende la gran mayoría de los consumidores. Pero desde mediados de 2014, que comenzó el derrumbe de los precios internacionales del petróleo, el gobierno mexicano no había reducido los precios de las gasolinas, y la población no entiende por qué las gasolinas en México son tan caras.

Abundó,  "la diferencia se debe al impuesto especial (IEPS) que se impone a la venta de estos combustibles y que lo lleva a ser el más caro del mundo. Para 2016 este impuesto cambió a una tasa fija: 4.16 pesos por litro para gasolina menor a 92 octanos (Magna) y 3.52 pesos para gasolina mayor o igual a 92 octanos (Premium), el diesel pagará 4.58 pesos. Esto querría decir que el costo de la gasolina Magna ronda los 7 pesos –que es un costo altísimo en su comparación internacional- y que 2 pesos serían distribuidos entre transporte, gastos y utilidad del distribuidor (que se queda, legalmente, con 20 centavos por cada litro)".

Pero, en realidad, se desconoce cómo se forma el precio de las gasolinas en México y urge que el gobierno, que es quien impone los precios, transparente esta información, pues es un derecho del consumidor y del contribuyente.

El mexiquense, explicó, "será hasta el 2018 que se abrirá la importación de estos energéticos. Seguramente que a los precios que se vende actualmente la gasolina en el país sobrará quien quiera venir a abrir distribuidoras si puede obtener un sobreprecio de tal magnitud".

Criticó que a través de una gran campaña de publicidad, Enrique Peña Nieto está atribuyendo la reducción al precio de la gasolina a la Reforma Energética. Esto no es así pues no ha habido ningún cambio en la estructura industrial que produce los combustibles, sino que se origina de un cambio fiscal por la fijación de la tasa del IEPS.

En todo caso, si la reducción de 41 centavos en la gasolina Magna se quiere atribuir a la Reforma Energética, se tendría que concluir que la eficiencia de la reforma es muy poco significativo para el consumidor promedio, que ha visto reducido su gasto en 3 por ciento  sobre un precio que aún es 40 por ciento más elevado, en comparación con el mercado de EU.

Finalmente cuestionado sobre el gas Licuado de petróleo o LP que consumen la mayoría de las familias.

"Las familias más pobres, que consumen gas LP como fuente de calor en sus hogares tendrán, en el 2016, un aumento de 2.75 por ciento. Pagarán el cilindro de 20 kg en 290.60 pesos, porque el kg pasará de 14.14 a 14.53 pesos.

"Este aumento es superior a la inflación que se estima en 2 por ciento y es injusto pues, al igual que las gasolinas, el gas LP, es un petrolífero cuyos cursos internacionales siguen la tendencia de la materia prima básica: el petróleo y en México, la mayor parte del gas natural, que se obtiene de manera asociada en los mismos procesos de extracción.

"Curiosamente, en relación a este aumento, el gobierno federal no publicita que también es producto de la reforma energética. Cabe recordar que el mercado de este producto es monopolizado por un número reducido de empresas muy grandes que lucran no sólo con los precios sino también con prácticas fraudulentas en la entrega del combustible, que además son riesgosas porque continuamente producen accidentes en los hogares, por el mal estado de sus cilindros o, incluso, el mal servicio y estado de las pipas", concluyó.

Aquí también urge la mayor transparencia en la formación de precios, una nueva normatividad para evitar monopolios, mejorar el servicio al público y abatir los riegos de explosiones e incendios como los que frecuentemente se conocen a través de los medios de comunicación.