El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, dijo que México aún no logra las tasas de crecimiento ni la productividad necesarias a 20 años de la apertura comercial, al participar en la Reunión de la Red Parlamentaria Global de la OCDE.
Agregó que la respuesta está en los retos que la apertura nos obligaba a enfrentar hace dos décadas. “Si voy a pedir al sector productivo nacional que compita globalmente, debí garantizar en territorio nacional condiciones de competencia justa”.
Indicó que la primera ley de competencia económica, en 1992, “se hizo sin dientes, no tuvo la capacidad de controlar la concentración de mercados y por más de 20 años los medianos y pequeños empresarios han tenido que pagar elevados costos de insumos estratégicos, como telecomunicaciones, entre 35 y 40 por ciento más costosos de lo que sus competidores iguales pagan en otros países”.
Lo mismo sucede en el sector financiero, continuó, donde grandes empresas tienen acceso a mercados internacionales con tasas de interés que compiten globalmente, mientras que las micros, pequeñas y medianas empresas han estado excluidas del sector; actualmente “más de 85 por ciento de la pequeña y microempresa no tiene acceso a este sector”.
Refirió que a 20 años de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y con 10 tratados internacionales firmados por México con 45 países, que dan acceso a un mercado de más de mil millones de consumidores, “hemos transformado el rostro de la geografía económica nacional”. Sin embargo, reconoció que hay sectores ganadores y otros que se tienen que ajustar al cambio.
“Tenemos que ver los claroscuros de esa integración y sé que es parte de la discusión en este grupo de parlamentarios que hoy se reúnen”, admitió el Secretario de Economía.
Señaló que México comercia siete veces más que hace 20 años y refirió que la estructura de exportaciones es muy distinta a la de entonces, cuando 65 por ciento de las ventas al exterior hidrocarburos, energía y minerales y sólo 35 por ciento eran manufacturas.
Hoy son muy distintas: México exporta 85 por ciento manufacturas y 15 por ciento minerales e insumos energéticos, y somos los principales exportadores de frutas y hortalizas al mercado de América del Norte, “y nuestras manufacturas representan el 60 por ciento de las exportaciones manufactureras de América Latina”.
Asimismo, reconoció que a dos décadas de la apertura comercial, México tiene tareas pendientes fundamentales, pues el sur-sureste del país no se ha beneficiado de esta práctica mercantil ni de la integración a la globalidad.
“Eso es un reto y tiene que ver con el comentario del secretario de Hacienda de ayer, de que los niveles promedio de crecimiento han dejado mucho qué desear”, apuntó.
En este sentido, Guajardo Villarreal indicó que la reforma financiera aprobada por el Congreso va al centro de la disponibilidad y la competencia para mejorar las tasas de préstamo y de acceso al crédito para micro, pequeñas y medianas empresas.
La reforma en telecomunicaciones se coloca en la parte central de la estrategia de competencia. Se diferencia porque hoy en día la competencia en las manufacturas se da en ese margen, pues 30 por ciento del valor agregado está integrado por tecnologías de la información e innovación.
“Si no liberamos el sector de las telecomunicaciones de conexión a la banda ancha y dé los beneficios que esto puede traer, estaríamos creando una falta de acceso, de competencia y competitividad a las micros, pequeñas y medianas empresas”, comentó.
Al referirse a la reforma energética afirmó que México tiene la responsabilidad de integrarse en la competencia global y “la posibilidad de tener gas shale en territorio nacional a precios por debajo de los 4 dólares el millón de BTU, hacen de la integración de América del Norte una de las ventajas competitivas más importantes en el desarrollo de la manufactura del futuro”.
Mencionó que la fuerza de trabajo se incrementará 31 por ciento hasta el año 2050 mientras que en China y Corea decrecerá en alrededor de 30 por ciento, en el mismo lapso.
Añadió que “el pilar de la energía, el pilar de la fuerza de trabajo laboral con una reforma educativa y el de la innovación, serán los elementos que creen la competencia del futuro en el sector manufacturero”.
Refirió que el objetivo de todas esas reformas es permitir que las micro, pequeñas y medianas empresas tengan el “campo parejo para competir y les sea más fácil incorporarse con mayor productividad a las cadenas globales de valor”.
“Si hay un agente económico destinatario de estas reformas es la capacidad de levantar a ese grupo de empresas que representan más de 70 por ciento del empleo para que puedan integrarse a esquemas productivos donde su productividad sea igual que la de las grandes”, indicó, y enfatizó: “El objetivo de las reformas es cerrar la brecha para darles igualad de posibilidades de competir nacional y globalmente”.
Precisó que el objetivo fundamental es cubrir este reto, después de 20 años, y la única manera en que se ha logrado es con la convergencia de todas las fuerzas políticas de México, “porque nos dimos cuenta de que la sociedad demandaba transformaciones y debíamos reflejar lo que ella demandaba ella”, puntualizó.
Destacó que actualmente “no hay debate sobre la necesidad de la disciplina fiscal. Ése ha sido un pilar que todos los mexicanos hemos construido conjuntamente y hemos sido capaces de ubicarlo en la base de coincidencia de las diferentes fuerzas políticas, y eso ha dado estabilidad económica y financiera en las últimas dos décadas”.
En este sentido Guajardo Villarreal reconoció que “puede haber debate en orientación del gasto público y su efectividad y la intención de su ejercicio o sobre la eficiencia de un gobierno para gastar”, puntualizó.