Por Arturo Estrada Rosales
La violencia contra periodistas acota y aniquila la libertad de expresión, porque un comunicador asesinado es un derecho fundamental liquidado, aseveró la periodista Carmen Aristegui en el II Encuentro Nacional “El compromiso social de los periodistas en un entorno de violencia”.
“Si nos pusiéramos a elegir de las cosas que hay que no abonan para que la libertad de expresión sea plena en México, la primera y más contundente, y desde luego más grave, es la que tiene que ver con la violencia”, subrayó.
Durante el encuentro organizado por La Casa de las y los Periodistas y Freedom House y la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), realizado el pasado 2 de noviembre, detalló que esta circunstancia se expresa en persecución, muerte, amenazas y hostigamientos, tanto por los poderes locales, políticos y delincuencia organizada
“Ese es, estrictamente hablando, el más brutal asunto que evidentemente acota a la libertad o la aniquila”, reiteró.
En el Salón Digna Ochoa y Plácido de la CDHDF, comentó que la fragilidad en las conexiones dentro del gremio periodístico hace que no haya una reacción consistente frente a éstos casos.
“Una expresión mucho más amplia y solidaria y contundente del gremio periodístico; que lo decimos así, pero que realmente no necesariamente tenemos la consistencia como gremio periodístico, que pudiera actuar en grupo o en bloque con los casos particulares”, dijo.
Carmen Aristegui consideró que la sociedad y los periodistas no han podido responder con firmeza a los agravios.
“No hemos logrado, creo, hacer que los agravios a los periodistas sean los agravios de la sociedad; que un periodista muerto es un derecho fundamental asesinado”, remarcó.
Ante este contexto, apuntó que el reto es comunicarle a la sociedad que la violencia altera seriamente sus derechos fundamentales.
En su oportunidad, la periodista Anabel Hernández dijo que México está viviendo una de sus etapas más oscuras en cuanto a censura y a periodismo de investigación se refiere, y exhortó a las y los asistentes a capacitarse constantemente, a fundamentar y contextualizar sus informaciones, así como a ser responsables y a no traicionar la confianza de la sociedad.
“La sociedad nos necesita y lo peor que podemos hacer en estos tiempos es también quedarnos callados”, y agregó que además de la nota del día, las y los periodistas deben dar sentido a su trabajo en la medida en que procuren el cruce de datos que dé certidumbre a su información.
Por otra parte, el periodista José Reveles rechazó que exista periodismo que no sea de investigación o ético, ya que todo aquello que no sea información útil a la sociedad y que no sea un ejercicio inteligente y responsable de la palabra está lejos de ser periodismo, el cual se construye, dijo, con pasión, valentía, pero también con disciplina, autocuidado, y valiente sin ser suicida: “Un periodismo que no va de la sociedad no le sirve a nadie”.
Reconoció también que son los periodistas que trabajan y viven en los estados los que sortean todos los días amenazas y hostigamiento de los poderes políticos, empresariales y de la delincuencia, aunque dijo, los del Distrito Federal también están en riesgo.
Asimismo, exhortó a las y los asistentes a no perder la memoria histórica, a contextualizar e investigar la propaganda oficial de los boletines y comunicados oficiales y a no ser parte de los tribunales que condenan mediáticamente a las personas: “Los periodistas debemos ir más allá de lo que quieren que pensemos”.
A su vez, la periodista Sara Lovera López habló sobre Periodismo con visión de género, dijo que las mujeres hoy están en el espacio público, disputándole a los hombres los puestos de trabajo y el conocimiento, “¿por qué no vemos esa realidad como periodistas, por qué nos da miedo hablar de los derechos de las mujeres?”, preguntó.
Aseveró que “estamos en un entorno de violencia, en donde, quienes mejor trabajo hacen sobre el tema, han hecho invisible que uno de los efectos de este entorno ha hecho que crezcan los asesinatos contra las mujeres sólo por ser mujeres”.
Señaló que el 67% de las mujeres que sufren violencia, la reciben de sus parejas, de sus hermanos y en el caso de Torreón, Coahuila, de sus hijos. Dijo que el número de asesinato de mujeres creció y el de hostigamientos, 15 mil denuncias el año pasado según la Cámara de Diputados, en las zonas públicas, “en los espacios públicos las están matando”.
Hacemos las notas, añadió, y no nos damos cuenta en qué lugar quedaron las mujeres, “hacemos periodismo de investigación y de derechos humanos sin considerar a un poco más de la mitad de la población, sistemáticamente”.
Cuestionó si se puede hacer un periodismo sin miedo y sin prejuicio, y hablar de las mujeres en los medios de comunicación, y hacer un mínimo de periodismo de investigación mirando que todo lo que pasa en la sociedad hoy día lo hacen los hombres y las mujeres.