Nuestro sistema de salud no podrá enfrentar el gasto de las enfermedades crónico degenerativas asociadas al sobrepeso y la obesidad que hoy aquejan a nuestra sociedad y que cuestan más de 60 mil millones de pesos, advirtió la senadora Maki Ortiz Domínguez, presidenta de la Comisión de Salud.
La obesidad y el sobrepeso, agregó, representan un serio problema de salud pública, ya que siete de cada diez mexicanos la padecen.
“Estos padecimientos han penetrado en nuestras familias como una cultura poco saludable que hoy afecta a niños y adultos por igual”, dijo.
Expuso que en los últimos años el sobrepeso y la obesidad en los menores, se ha traducido en un gran problema en diversos países del mundo y aún más en nuestro país, incluso esas dos enfermedades son el quinto factor principal de riesgo de defunción en el mundo.
La legisladora por Tamaulipas enfatizó que los aumentos en las prevalencias de obesidad en México se encuentran entre los más rápidos documentados en el plano mundial.
“De 1988 a 2012, el sobrepeso en mujeres de 20 a 49 años de edad se incrementó de 25 a 35.3 por ciento y la obesidad de 9.5 a 35.2 por ciento”, detalló.
En este sentido, dijo que el alza de un peso al refresco o a las bebidas azucaradas, avalada por el Congreso de la Unión , disminuirá la obesidad y el sobrepeso en solamente uno por ciento, lo cual significa 20 mil casos menos de diabetes, y, si bien es muy valioso, resulta todavía insuficiente.
Respecto al incremento del ocho por ciento de la comida de alta densidad calórica, señaló: “sabemos que este porcentaje disminuirá el consumo, pero sus alcances en salud no están hoy documentados, por lo que no hay un referente basado en evidencia científica que haya determinado este porcentaje”.
Sin embargo, dijo que respalda el aumento a ese gravamen, porque con esto se pone en la mesa de debate un problema de salud pública importante.
Para Ortiz Domínguez, en la llamada Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, anunciada por el Ejecutivo federal, debería considerarse que se invierta en el sector salud el total de los recursos obtenidos con estos gravámenes.
“Considero que el compromiso que verdaderamente debe hacer el Ejecutivo federal es invertir el 100 por ciento de ese recurso en salud, ya sea para investigación, programas de prevención, bebederos en las escuelas, etcétera, como una buena forma de festejar la Estrategia Nacional que fue lanzada recientemente.
“De no ser así entonces podríamos pensar que simple y lamentablemente sólo fue un pretexto recaudatorio”, subrayó la senadora.