*Rica mina de oro para televisoras

Urge retirar de los medios de comunicación e Internet la publicidad engañosa de los denominados productos milagro, así como emitir las sanciones administrativas correspondientes; además de que las autoridades de salud federal informen oportunamente sobre las acciones de control y monitoreo en medios de comunicación contra este tipo de comerciales.

Lo anterior quedó de manifiesto en el punto de acuerdo que aprobó el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, a propuesta de la diputada local Claudia Elena Águila Torres, en el que exhortan a la Comisión Federal para la Protección contra los Riesgos Sanitarios y a la Secretaria de Salud Federal cumpla sus obligaciones y retire esta publicidad.

La legisladora señaló que actualmente la televisión está repleta de comerciales que dan a la gente falsas esperanzas de mejorar tanto su condición física, como mental, ya sea curando enfermedades de forma casi instantánea y milagrosa o mejorar el aspecto físico de inmediato.

Indicó que la publicidad engañosa utiliza mensajes con afirmaciones que son distintas a las características, ventajas, beneficios y/o desempeños reales del producto o servicio y que inducen al error afectando el comportamiento económico de los consumidores o perjudicando a un competidor.

Dicho en otras palabras, argumentó, la publicidad engañosa es aquella que realiza afirmaciones engañosas, exageradas o falsas acerca del producto o servicio y que afectan al bolsillo del comprador y/o perjudican a algún competidor (práctica comercial desleal.

Algunas formas en que se presenta la publicidad engañosa son:

• Mensajes publicitarios que incluyen cláusulas del tipo "oferta válida hasta fin de existencias" u "oferta válida salvo error tipográfico". Ambos pueden ser considerados como limitación de la oferta poco clara y confusa para el consumidor, que queda totalmente sometido a la interpretación unilateral del vendedor o fabricante vulnerándose la buena fe y el justo equilibrio de las prestaciones en detrimento del consumidor.

• Utilización de letra pequeña, ilegible o diminuta en los anuncios, con la intención o no, que el destinatario no los perciba.

• Utilización de mensajes que estimulan al comprador a tomar una decisión rápida pero que no se cumplen.

• Inclusión del precio sin IVA en el anuncio, con la intención de que el destinatario vea un precio más atractivo o menor al de la competencia.

• Omisión de datos fundamentales que puedan influir en la decisión del consumidor, por ejemplo, en cuanto a la peligrosidad, el precio completo, las condiciones jurídicas, etc.

• Exageraciones acerca de los beneficios del producto; por ejemplo, aquellos mensajes de ciertos productos que supuestamente curan o previenen un sin número de enfermedades de forma efectiva, o, aquellos productos que tratan la obesidad sin necesidad de dieta o ejercicios.

La diputada Águila Torres detalló que la mayoría de los productos conocidos como “milagro” o “frontera” se caracterizan por exaltar, en su publicidad, una o varias cualidades terapéuticas, preventivas, rehabilitadoras o curativas, que van desde cuestiones estéticas hasta solución de problemas graves de salud.

Expresó que estos productos milagro se elaboran a base de plantas o sustancias de origen natural o sintético o son preparados con diversos nutrientes; se presentan en pastillas, soluciones, geles, cremas, parches, inyecciones, jabones, bebidas, etc.

Indicó que estos productos han sido bautizados con el calificativo referido, debido a que sus supuestos y múltiples beneficios o resultados no han sido comprobados científicamente, mientras que en su publicidad se les atribuye resultados milagrosos.

Puntualizó que entre las principales modalidades de productos milagro, encontramos los productos para bajar de peso y anti- calvicie.

Entre las presentaciones que encontramos en el mercado para bajar de peso están:

a) Diuréticos y laxantes

b) Disminución de la absorción de grasas

c) Inhibidores del apetito

d) eficaces y complementarios

Además, existen ciertos shampoos y lociones que, si bien no resultan perjudiciales, no aportan una eficacia demostrada: combaten la caspa y la grasa y ayudan a mantener sano y limpio el cuero cabelludo, pero no pueden frenar ni corrigen la caída del cabello. De todos modos, e independientemente de la eficacia de los diversos productos, ninguno debe ser administrado sin diagnóstico previo del especialista.

Finalmente Águila Torres, advirtió que el consumo de este tipo de productos puede provocar efectos adversos tales como náuseas, vómito, dolor abdominal, mareo, colapso y/o urticaria.