Advierten en la Cámara
El presidente de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados, Edgar Emilio Pereyra Ramírez, afirmó que el actual sistema de pensiones enfrenta severa crisis y requiere de una transformación, en la que el Estado asuma la conducción de un nuevo modelo no como carga presupuestal, sino como solución del problema.
Subrayó que el tema de las pensiones es una bomba de tiempo, pues se espera que la población de la tercera edad aumente del 9 al 20 por ciento, de aquí al año 2030, lo cual no sólo generará un problema financiero en este sentido, sino de salud, y colocará a las personas en pobreza patrimonial.
En entrevista, refirió que los pensionados del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), adscritos al sistema de cuentas concentradoras, consumen el 65 por ciento del presupuesto anual de esta institución; es decir, el 35 por ciento restante se utiliza para pagar sueldos, comprar medicinas e invertir en tecnología e infraestructura, generando dificultades financieras.
Por otra parte, señaló que el sistema individual, el cual sustituyó a las cuentas concentradoras de las instituciones de seguridad social y las abrió a las instituciones bancarias y financieras especializadas, no garantizará una pensión digna, debido a los bajos sueldos y la mínima aportación voluntaria de los trabajadores.
Expuso que el acuerdo 102 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) establece que el trabajador para obtener una pensión digna que le permita hacer frente a sus necesidades básicas, tendría que ahorrar el 40 por ciento de su último sueldo.
“En México, con el nivel de sueldos y las bajas aportaciones voluntarias que hay, no se garantiza ni siquiera el 20 por ciento del último sueldo; es decir, un adulto mayor con un salario de 6 mil pesos, estará recibiendo una pensión de mil 800 pesos que no le permitirá subsistir ni medianamente”, aseguró Pereyra Ramírez.
Explicó que con las cuentas individuales se le quita un peso de encima a las instituciones de seguridad social, pero se les traslada una mayor carga en materia de atención de salud, lo cual resulta más costoso.
“Una población con más de 60 años que no ha tenido una buena alimentación, porque los salarios son bajos, presentará enfermedades crónicas, por lo que el costo será muy alto para las instituciones”, agregó.
Recordó que el sistema de pensiones mexicano es una copia del esquema chileno, el cual fue diseñado con características poblacionales diferentes y con una visión de mercado.
Además, resaltó que con las nuevas reformas a la Ley del Trabajo, se abarató con el outsourcing la contratación de personas; es decir, “te pagan 12 mil pesos, pero al IMSS sólo reportan un salario de mil 300 pesos y el extra lo dan como gratificación, lo cual no cuenta para tus participaciones individuales; entonces, al terminar la vida laboral se obtendrá una pensión muy baja”.
Pereyra Ramírez consideró que el problema de las pensiones no se solucionará con la homologación de las aportaciones, aunque es un buen esfuerzo por parte de las instituciones. Lo que se requiere, enfatizó, es rediseñar el sistema de pensiones; de lo contrario, sólo se le estaría brindando “un tratamiento paliativo a un enfermo terminal, para que deje de sufrir, pero no se atacará la enfermedad”.
Puntualizó que el sistema de pensiones en México tiene que transformarse con la cooperación de la sociedad, empresarios y gobierno, y “tal vez nos podría servir la propuesta chilena, la cual utilizó al sistema de pensiones tal como estaba y realizaron modificaciones institucionales profundas que garantizan pensiones mínimas”.
Pidió no politizar el tema y que gobierno, sociedad y empresarios lo aborden con seriedad, para que el día de mañana se tengan mejores condiciones como país, “porque lo que no se haga hoy, lo vamos a pagar con intereses en el futuro”.