El Centro de Estudios de las Finanzas Pública (CEFP) de la Cámara de Diputados afirma que un mayor dinamismo de los precios en el país deteriora el ingreso real de los hogares, por lo que la población de menores recursos ha tenido que aumentar sus jornadas laborales y modificar sus hábitos de consumo, adquiriendo bienes sustitutos de menor calidad nutricional.
En el documento “Análisis Mensual de Productos Básicos; Agosto de 2011”, se precisa que el costo de la canasta básica a junio de 2011, ascendió a 701 pesos, lo cual deteriora aún más el ingreso real de los hogares y en mayor medida de la población rural que presenta ingresos menores.
Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), confirman un “incremento de la población que carece de acceso a la alimentación”, la cual aumentó de 23.8 millones de personas (21.7% del total de la población) en 2008 a 28 millones (24.9%) en 2010.
Se destaca que los precios de los alimentos podrían continuar elevados en lo que resta del año, si se incrementa la incertidumbre de abasto de productos básicos, la volatilidad de los precios y la presencia de fenómenos climatológicos que pudieran afectar el nivel de producción en nuestro país.
El Centro advierte que a pesar de que la inflación general seguirá cerca de la meta permanente de (3.0 por ciento anual), la volatilidad e incertidumbre sobre el abasto de productos básicos podría continuar presionando al alza el precio de algunos alimentos procesados de consumo básico para los mexicanos.
Refiere que datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en julio el índice de precios de los alimentos creció 6.02 por ciento anual, lo que contrasta con el índice de la Canasta Básica y el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que durante el séptimo mes de 2011, reportaron un incremento de sólo 3.57 y 3.55 por ciento, respectivamente.
Menciona que el mayor repunte en los precios de los alimentos se debe a los elevados costos de producción de las materias primas agrícolas. Los altos precios del maíz y trigo ocasionaron que alimentos como la pasta para sopas, pan, harina de maíz y tortilla de maíz, que son productos derivados de éstos granos crezcan a un ritmo mayor que el índice de precios de los alimentos.
El CEFP resalta que el nivel de ingresos y la distribución de éste en el gasto, muestra cómo las familias establecen sus hábitos de consumo a lo largo del tiempo, por lo que, la estabilidad o mejoría del ingreso permite, además de variar la alimentación, mejorar los niveles nutricionales e incrementar la calidad de la dieta.
En contraste, la falta de ingresos es una de las causas más importantes que impiden a la población obtener una dieta balanceada.
De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional Ingreso-Gasto de los Hogares (ENIGH 2010), en México la dieta de los hogares más pobres se limita a una menor variedad de alimentos, entre ellos los cereales donde destaca el consumo de tortilla; mientras que los hogares de mayor ingreso pueden optar por una variedad más amplia de alimentos que les permite mejorar su nivel nutricional, entre los que sobresale las frutas, vegetales y carnes.
En el documento se menciona que hasta el momento no se consideran aún los efectos del alza de precios que están presentando actualmente los alimentos, en particular los derivados del maíz y trigo que mostraron incrementos importantes desde inicios del año, y en particular de la tortilla, que ha aumentado 11.05 por ciento entre enero y junio de este año.
Se enfatiza que el incremento del precio de los alimentos y la falta de ingresos suficientes en las familias son dos de las principales causa que impiden a la población obtener una dieta adecuada.