El director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Enrique Cabrero Mendoza, tiene el pie puesto en el acelerador pues busca agilizar los medios que lleven al país a una economía y sociedad basada en el conocimiento, que genere bienestar y riqueza.
Aseguró que el “el reto que se plantea en la política científica y tecnológica de la actual administración es ir acelerando los elementos para transitar a una sociedad sustentada en el conocimiento, hacer que la ciencia y la innovación conformen un círculo virtuoso eficiente y sean los conductos para que el conocimiento genere valor, riqueza para la sociedad y mejores oportunidades para los mexicanos”.
Cabrero Mendoza se reunió hoy con los representantes de los medios de comunicación para ofrecer un balance de las acciones emprendidas en lo que va de su gestión y los retos para el país en materia de ciencia y tecnología en los próximos tres años.
Reconoció que aunque los indicadores, como el de inversión en ciencia en el que México registra un rezagado, han ido aumentando progresivamente. “México viene de atrás en inversión, pues de mantenerse por años con una inversión de 0.43% del PIB, en tres años ya se movió -de manera escalonada- hasta llegar hoy al 0.57% del PIB. Y aunque la inversión privada es muy reducida, también registra un desplazamiento importante en el mismo periodo de 29.2% a 30.3%. De cualquier forma y pese a los incrementos, la inversión está por debajo de lo que aún se necesita. Ahí vamos, no es fácil, la inversión no solo depende de los recursos públicos sino también de los privados”.
Mencionó que las acciones llevadas a cabo hasta ahora en el Conacyt son acordes a los objetivos planteados en el Programa Especial de Ciencia y Tecnología: 1) mayor inversión en CTI, 2) desarrollo de capital humano calificado, 3) fortalecimiento de desarrollo regional, 4) fomento a la vinculación con las actividades productivas y 5) ampliación de la infraestructura científica y tecnológica.
En este sentido, destacó, como ya se mencionó, la inyección de recursos que se viene haciendo al sector; la concreción de varias iniciativas, entre ellas las Cátedras Conacyt para jóvenes investigadores, que ahora beneficia a 800 jóvenes científicos y que este año sumará 280 plazas más; el Programa estratégico de formación de recursos humanos en materia energética, este como resultado de la reforma energética pues se prevé un crecimiento en la demanda:
“Sabemos que ahora afecta la baja en el precio del petróleo, pero no nos confundamos, el tema energético va a seguir en expansión en México y en el mundo, y el conocimiento sobre los nuevos puentes de generación de energía renovable es una carrera que va a gran velocidad y nuestro país tiene que tener un presencia muy importante en este sector. Tenemos que aprovechar nuestra experiencia para convertirnos en potencia en investigación y formador de recursos humanos en materia energética”, indicó.
En este punto precisó que se han otorgado 176 becas de posgrado en el extranjero, pero al 2016 “esto se va a disparar porque hay la demanda de muchos jóvenes que ven en este campo una oportunidad”.
Asimismo, destacó la conformación de los Centros Mexicanos de Innovación en Energía, que son redes interinstitucionales-interdisciplianrias que trabajan sobre diez temas relacionados con energía, entre ellas geotérmica, solar, eólica y del océano. “Este modelo nos genera una forma de organizar la investigación en México, primero porque son recursos importantes en el orden de 150 millones de dólares distribuidos en estos centros, que tienen la particularidad de que se asocian grupos líderes de investigación, lo que deja atrás la idea de que son las instituciones y los centros por separado los que llevan a cabo esto, y eso ya no es posible. Esta es la forma de organizar la investigación en el mundo y en nuestro país se promueve por ahora en temas de energía”, explicó Enrique Cabrero.
En el tema de vinculación con el sector productivo resaltó, por ejemplo, la conformación del clúster Biomimic, en Veracruz y el Centro Nacional de Tecnología Aeronáutica, en Querétaro. Igualmente, subrayó el incremento al fortalecimiento de la infraestructura en instituciones de educación superior y centros públicos, así como la conformación de laboratorios nacionales, una inversión que pasó de 499 millones de pesos en el 2012 a 1161 millones de pesos en el 2015.
En cuanto a las convocatorias que realiza el Conacyt apuntó que el año pasado se apoyaron 174 proyectos para atención de problemas nacionales, y se autorizaron otros proyectos en temas de frontera de la ciencia por 300 millones de pesos, así como convocatorias para redes temáticas de investigación por 150 millones de pesos.
Los retos del Conacyt al 2018
Enrique Cabrero enumeró cuatro retos que por su relevancia se continuarán para los tres años que restan de su gestión: “Seguir intentando de muchas maneras los esfuerzos para que el sector privado y la industria inviertan en investigación y desarrollo. Es un componente estratégico y es el más rezagado que el gobierno ha mostrado en la proporción de las inversiones”, dijo.
En 2015, el 69.7% del presupuesto asignado a CTI fue público y el 30.3% fue privado, mientras que en 2012 el porcentaje era de 70.8% de recursos públicos frente a 0.43% privados, de acuerdo con los indicadores del Gasto en Investigación y Desarrollo Experimental, “por lo que el tema se mantendrá como prioridad en lo que resta del sexenio y por dos administraciones más”, indicó.
El segundo reto que refirió el director del Conacyt, es ver reflejado los beneficios de lograr la reforma a los artículos 40 Bis y 51 de la Ley de Ciencia y Tecnología y de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos para que los investigadores puedan vincularse con la industria sin incurrir en conflicto de interés. “Esa reforma eliminó un obstáculo que estaba deteniendo el involucramiento de la actividad científica en la vinculación con el sector productivo. A partir de ahora, como pasa en los países más avanzados en la materia, la interacción entre la comunidad científica y empresarial se irá incrementando”.
Otro aspecto medular para impulsar desde el Conacyt y cuyo apoyo se mantendrá en los próximos años será seguir guiando esfuerzos en nuevas funciones de comunicación pública de la ciencia e información, “porque un país que invierte cada vez más en CTI debe tener el respaldo de la ciudadanía, que esta se sienta orgullosa de la inversión que se está haciendo en CTI y que además la valore, la reconozca, la promueva y se involucre”, expresó.
El último reto que planteó, es continuar promoviendo los lazos internacionales estratégicos. En este rubro “se ha hecho un gran esfuerzo estos tres años con Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos, Israel, China, países con los que tenemos una agenda muy activa. Habría que añadir a Unión Europea pues este año será el Año Dual con Alemania con el fin de ampliar nuestra cooperación, y lo vamos a hacer también con Canadá en el próximo gobierno”. Señaló que estas relaciones conectan al país con el entorno global del conocimiento.
Bajarán las proyecciones
Enrique Cabrero dijo que en el contexto económico actual, se prevé una ligera desaceleración de beneficiarios de las Cátedras Conacyt para jóvenes investigadores, ya que “pensábamos que con facilidad llegaríamos por arriba de las 2 500 plazas al final del sexenio, pero creo que vamos a llegar a unas 2 000, y no está mal, porque ya se generó una inercia favorable”.
Comentó que lejos de crear programas nuevos, se habrá de fortalecer la infraestructura científica del país, lo que puede ser un proceso lento. En 2016 y 2017 se prevé la inauguración de cinco centros de investigación más orientados a tecnología aeronáutica, estudios metropolitanos, estudios sobre el desierto y zonas áridas, estudios y análisis de políticas educativas, y biomedicina.
“Pensábamos que en este sexenio podríamos crear unos 15 centros de investigación pero si se logran cinco o seis nuevos y además se generan consorcios, que es la asociación de los centros ya existentes con nuevas agendas de investigación, creo que será positivo”.