Desde hace cinco años diversas instituciones mexicanas y los gobiernos de Guatemala y Belice trabajan en el proyecto “Corredor Biológico Mesoamericano” que busca conservar caminos y restablecer zonas de la Selva Maya donde habita y transita el jaguar o Panthera onca, una especie en peligro de extinción de acuerdo con la norma oficial mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.
La estimación poblacional de jaguares es de 4 mil ejemplares distribuidos en todo el país, éstos representan apenas al 30% de los que existían hace 60 años. La pérdida acelerada de felinos es el motivo por el cual se trabaja en la creación de corredores para jaguares en la Selva Maya ―que abarca los estados de Yucatán, Campeche, Chiapas, Quintana Roo y los países de Belice y Guatemala― donde se estima que se concentra la mayor población con 2 mil 500 ejemplares.
El investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, Rodrigo Medellín Legorreta, responsable del proyecto, habló sobre el Corredor Biológico Mesoamericano: “La idea es seguir a los jaguares y que éstos nos digan por dónde quieren moverse y asegurar que por donde se mueven quede conservado para evitar la fragmentación y aislamiento de esta especie”.
En etapas anteriores se atraparon e inmovilizaron a 5 jaguares y 7 pumas para colocarles radio-collares con un sistema de geolocalización programado para ubicarlos cada cinco horas y enviar reportes con su localización por correo electrónico cada cuatro días. “Los collares tienen un imán programado que a los 14 meses se desprende y se mantiene con suficiente batería para indicarnos dónde se encuentran e ir a recogerlos para terminar de volcar los datos que guardaron”, indicó Medellín.
La información recabada permitió hacer un mapa con las zonas donde el jaguar transita cotidianamente en el sur de México. Aparte de las zonas donde habita que son la Selva Lacandona en Chiapas, el Parque de la Sierra del Lacandón en Guatemala, el Parque Nacional Tikal, la Reserva de la Biósfera Maya en el Petén Guatemalteco, Calakmul en Campeche, zonas de Quintana Roo y Yucatán, también pasa por la Reserva Comunal Sierra la Cojolita que es de propiedad comunal, entre otras áreas.
El también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias explicó que en el informe final de la primera etapa “uno de los resultados es que hay terrenos que no son Áreas Naturales Protegidas de México y tienen que ser prioridad para la Comisión Nacional correspondiente para que sean decretadas como tales. Algunas tierras son propiedad de la comunidad lacandona, otras son de propiedad ejidal y en Guatemala son de propiedad federal”.
En el documento se analiza cómo se está perdiendo bosque y cómo evitar que se pierdan las conexiones entre los parches de vegetación que aún existen. Una de las recomendaciones del último informe es que no se debe construir en la zona ni una carretera más, ni ampliar las que hay, ni deforestar porque se contribuye a continuar fragmentando el terreno, añadió el director del Laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres.
Los jaguares son animales solitarios, con la instalación de los corredores, las subpoblaciones de jaguar volverían a estar conectadas, lo cual garantizaría un flujo génico. Medellín agregó: “se trata de asegurar que un macho se mueva entre tres y cuatro territorios donde hay hembras. Normalmente los territorios de las hembras son más pequeños que el de los machos y no se empalman con los territorios de otras hembras, ni los territorios de los machos con el de otros machos. La hembra tiene su ámbito hogareño, en cuanto ven que sus crías están listas para sobrevivir, las dejan ir”.
La Panthera onca es considerada una especie sombrilla porque son animales que requieren de mucho espacio para tener una población sana. Por ejemplo, con una población mínima de 100 jaguares, donde cada jaguar tiene su territorio, se necesitan 100 mil hectáreas de áreas conservadas o más; en el territorio protegido coexisten con venados, pumas, tapires, jabalíes de labios blancos y jabalíes de collar, entre otros. Al proteger al jaguar se protege a los demás que forman parte del ecosistema.
En el proyecto Corredor Biológico Mesoamericano participan la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) que maneja el Corredor Biológico Mesoamericano, la ONG Natura y Ecosistemas Mexicanos, y el Centro de Investigación en Geografía y Geomática Ing. Jorge L. Tamayo (Centro Geo), así como los gobiernos de Guatemala y Belice.