Un grupo de investigadores de Perú, Argentina, Colombia y México está cerca de determinar, tras dos años de colaboración y trabajo conjunto, el mejor método para tratar la anemia aplásica, un trastorno sanguíneo poco común pero grave, en el que la médula ósea no produce suficientes células sanguíneas ocasionando problemas de coagulación en la sangre y deficiencias para combatir infecciones.
“En nuestro país no existen estadísticas de cuántas personas se ven afectadas por esta enfermedad, pero se considera poco frecuente, una persona por cada cien mil habitantes al año. El padecimiento es idiopático -que se desconocen las causas-, pero suponemos que es de tipo autoinmune, en el que nuestro sistema de defensa ataca a nuestro propio cuerpo, en este caso a la médula ósea, pero no sabemos por qué”, apuntó el doctor David Gómez Almaguer, jefe del servicio de Hematología del Hospital Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) e integrante de este equipo de cooperación.
La anemia aplásica afecta a cualquier persona de cualquier edad, la caracteriza la falta de producción de sangre, bajo número de plaquetas y de producción de glóbulos blancos, con tendencia al sangrado y ocasiona debilidad.
“El mejor tratamiento es el trasplante de medula ósea o inmunosupresión -un acto que reduce la activación o la eficacia del sistema inmunológico, para evitar que el sistema inmune ataque la medula ósea-, esto se logra usando medicamentos como la Globulina antitimocítica o la Ciclosporina”, añadió el miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
En la actualidad, los investigadores llevan a cabo un estudio retrospectivo, recolectando información de cada país para ver cuál es la mejor forma de realizar los trasplantes de médula ósea, un tipo de tejido que se encuentra en el interior de los huesos largos, vértebras, costillas, esternón, huesos del cráneo, cintura escapular y pelvis, y donde se producen las células sanguíneas. Aunque el grupo internacional de colaboración está muy cerca de determinarlo, Gómez Almaguer dijo que el trasplante alogénico se perfila como la mejor opción.
Trasplante alogénico
El trasplante alogénico consiste en usar células madre hematopoyéticas (TCH) de un donador las cuales se trasladan al paciente con anemia aplásica, la capacidad de los linfocitos del donador tratarán de erradicar la enfermedad residual del paciente.
“El objetivo de un trasplante alogénico de células hematopoyéticas es restaurar la hematopoyesis del enfermo, es decir, restituir el proceso por el cual se forman nuevas células sanguíneas –eritrocitos, leucocitos, en los que se incluyen distintos linfocitos, y plaquetas – y el cual se encuentra afectado por una enfermedad incurable. Durante muchos años se consideró indispensable destruir al máximo las células hematopoyéticas del paciente con quimioterapia y/o radioterapia para reemplazar al tejido sanguíneo enfermo por el sano proveniente del donador. A este tipo de trasplante se le denominó “mieloablativo" o convencional por su agresividad y toxicidad secundaria”, explicó el especialista en trasplantes hematopoyéticos.
Sin embargo, existe una técnica mexicana para realizar el trasplante alogénico no mieloblativo que promete, hasta ahora, ser la mejor opción por ser menos invasivo y menos costoso, diez veces menor a los trasplantes convencionales.
Este método consiste en trasplantar células troncales - o células madre - que se encuentran en la sangre aprovechando sus características de autorrenovación, diferenciación y plasticidad. Si bien esta técnica permite que el trasplante sea ambulatorio, hay algunas consideraciones extra hospitalarias que los médicos toman en cuenta como un esquema de acondicionamiento de intensidad reducida de quimioterapia.
“El fundamento de este esquema también es la inmunosupresión del paciente -antes del trasplante de células- para favorecer el injerto del sistema inmune del donador, reduciendo además la toxicidad. Esto se logra mediante quimioterapia y/o radioterapia de intensidad reducida para que el receptor sea incapaz de rechazar el establecimiento de las células hematopoyéticas del donador y que produzca una respuesta inmune del injerto contra el huésped”, explicó.
Después del trasplante de células, los linfocitos provenientes del donador son capaces de abrirse paso en esta pluralidad celular, destruyendo mediante citotoxicidad las células supervivientes del paciente, en este caso linfocitos T y células Natural Killer (NK) - células del sistema inmune, cruciales en la defensa del organismo contra infecciones virales y contra el desarrollo de cáncer- que son, principalmente, las responsables del fenómeno”, sostuvo Gómez Almaguer, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
El especialista aseguró que este trasplante tiene muchas ventajas, por lo que se presenta como la mejor opción, sin embargo la investigación continúa para combatir con la mayor eficacia a la anemia aplásica y otras enfermedades autoinmunes.