Actualmente se ha identificado una serie de proteínas capaces de descomponer sus enlaces moleculares para impulsar las “biofábricas” de biocombustibles plásticos, aceites y pegamentos cuya materia prima sean residuos vegetales forestales o agrícolas, que sustituyan el uso de petróleo, señaló Jorge Luis Folch Mallol, investigador del Centro de Investigación en Biotecnología de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
El objetivo es sustituir el petróleo en la fabricación de plásticos, aceites y pegamentos; para esto, se seleccionaron las tres proteínas expansinas, swolleninas y looseninas ya que sirven como “tijeras moleculares” para romper los eslabones, los puentes de hidrógeno y enlaces electroestáticos de los tres diferentes polímeros de los materiales vegetales, llamados lignina, hemicelulosa y celulosa, que una vez divididos son utilizados por las enzimas para transformarlos en otros compuestos, señalan investigadores de la UAEM en comunicado.
Folch Mallol detalló que en el caso de las swolleninas se obtiene del hongo Neurospora crassa, encontrado en el pan y las tortillas. En tanto que las expansinas y looseninas son secretadas por hongos xilófagos (que comen madera), como el de la especie Bjerkandera adusta.
El trabajo de las proteínas swolleninas y las expansinas es aflojar las moléculas de los desechos vegetales, para que las looseninas puedan romperlas y así puedan aprovecharse en la generación de plásticos, cosméticos, entre otros productos.
Asimismo, a partir de residuos de la industria agrícola, como maíz, bagazo de caña, cascarilla de arroz y fibras de agave, se puede descomponer el polímero lignina para la elaboración de pegamento o aislantes eléctricos; sin embargo, el polímero más recurrente es la hemicelulosa con la cual se fabrican bolsas de plástico biodegradables, agregó el especialista en biotecnología.