Palabras textuales pronunciadas por el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zapeda:
Agradezco a la Honorable Cámara de Senadores la iniciativa para acudir a este Recinto Legislativo.
Gracias por este reconocimiento al Ejército Mexicano en sus primeros 100 años de vida.
A nombre de sus mujeres y hombres, les expreso nuestra más elevada gratitud por la deferencia que nos han dispensado al incluir en la agenda del día, este inédito acto.
Entendemos y valoramos la formalidad, la generosidad y la relevancia misma de este evento, que mucho nos dice del elevado sentido de institucionalidad que ha caracterizado al Senado.
Este noble gesto motiva y fortalece moralmente a quienes vestimos el uniforme de la República.
Hace 100 años, México demandaba hombres de temple y fe inquebrantables, para asumir compromisos de trascendencia histórica. Concretar consensos y fomentar un espíritu institucional y nacionalista, eran factores imprescindibles para lograr la estabilización del país.
El ámbito castrense respondió a ese reto con conciencia histórica, jerarquizando sus niveles de mando y apegándose a la ley y la disciplina, acciones determinantes para que los militares de aquella época se profesionalizaran.
Esta postura cimentó el proceso de institucionalización militar en el México postrevolucionario y su respeto a las instancias gubernamentales.
Es por ello que este evento reviste la mayor importancia en la esencia del Federalismo, al mostrar fehacientemente lo constitucional y fructífera relación cívico—militar del Senado de la República y las fuerzas armadas del país.
Los soldados confiamos que el pensamiento parlamentario continúe encauzando el rumbo de nuestra institución, a través del marco legal que el Legislativo nos otorgue.
Reconocemos que cumplir la ley y respetar los derechos humanos, es prescripción que permite armonizar la convivencia colectiva.
Vivir en un Estado de Derecho, es convivir con certidumbre, con seguridad, es tener confianza y la mejor garantía para la paz.
Aspiramos a seguir ensanchando este sendero, siendo ejemplo ante la ciudadanía.
De nuestra parte, el Poder Legislativo siempre encontrará respeto, disposición y colaboración, voluntad que se deriva de la instrucción del Presidente de la República, nuestro Comandante Supremo, para sostener una relación de coordinación que permita servir a México.
En la Secretaría de la Defensa Nacional, valoramos los esfuerzos del Poder Legislativo para promover y proveer los requerimientos que nos permitan el mejor cumplimiento de nuestras misiones.
Apreciamos también, las recientes reformas aprobadas por el Congreso de la Unión, que han mejorado la calidad de vida de los soldados y de sus familias.
Nuestro Ejército, el Ejército de todos, tiene la gran oportunidad de seguir aportando y participando en el desarrollo nacional, con voluntad, esmero y los recursos humanos y materiales disponibles.
Sirva esta significativa ceremonia, para expresarle al pueblo y a sus autoridades, así como a las instituciones, que el Ejército de México, a 100 años de su creación, se refuerza cotidianamente con su realidad, con compromiso, vocación y servicio a México.
El contacto franco, cordial y respetuoso con la sociedad, nos acerca a ella. Por eso, nos preparamos con honor, valor y lealtad.
Lo damos todo por México y el bienestar de su gente, porque para cada soldado mexicano, la Patria es primero.
Frase imperecedera que permanece inscrita en prominente sitio de este Recinto y que nos recuerda la invaluable entrega, con esmero y lealtad, de los compañeros de armas aquí representados, quienes nos han antecedido en el cargo y profesión, que nos dieron ejemplo y guía a quienes hoy tenemos la responsabilidad de dirigir al Ejército.
Redoblaremos esfuerzos para que las futuras generaciones de militares vean en nosotros el ineludible compromiso nacionalista que día con día, desde hace 100 años, asumimos y cumplimos de hecho.
Permítanme también otorgar merecido y justo reconocimiento a nuestros compañeros que en nuestro devenir e imbuidos del ideal ético de servicio a la Patria, cayeron en el cumplimiento de su deber.
Antes de concluir, quiero reiterar, a nombre de los soldados de México, nuestro reconocimiento, agradecimiento y respeto, al Senado como institución y a las senadoras y senadores, por esta gran deferencia, que nos enorgullece.