Si la industria de lácteos en México continúa con la tendencia de preferir leche de importación en lugar del producto nacional, “dará el tiro de gracia” a más de 149 mil productores, advirtió el presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz.
Además del daño a los productores, también se verán afectados más de 150 mil personas que dependen directamente de esta actividad, así como 500 mil empleos indirectos en los procesos de distribución, industrialización y comercialización, agregó el dirigente.
Por lo anterior, urgió a los gobiernos federal y estatal intervenir para evitar abusos en perjuicio tanto de productores como consumidores, quienes —señaló— están expuestos al comercio de lácteos que no son tal, ya que son elaborados con subproductos, muchos importados, como sueros, harinas y grasas vegetales.
Al respecto, detalló que en el caso de las importaciones de leche en polvo se observa un crecimiento moderado; mientras que en sueros, preparaciones lácteas y quesos, entre otros, se registraron variaciones notables. En 1994 se importaron 38 mil toneladas de suero, que pasaron, en 2007, a 120 mil toneladas. Respecto a preparaciones lácteas, hasta 2005 se adquirieron del extranjero 140 mil toneladas. Como consecuencia de estas compras de preparaciones, “curiosamente disminuyeron las importaciones de leche en polvo”.
Por último, en quesos, en 1995 se importaron 14 mil 951 toneladas y 102 mil 625 en 2014. Estas compras —dijo González Muñoz— sustituyeron a la leche producida por los productores mexicanos, que constituyen poco más del 99 por ciento de productores. Asimismo, recordó que la industria adquiere alrededor de 14 millones de litros diarios de lácteos de importación, lo que desplaza 34 mil empleos directos en México.
Lo anterior, afirmó, “deja al descubierto la herencia de dos administraciones federales anteriores, de una red que opera a base de favores y protecciones regulatorias. Esto, convierte a representantes del interés público en empleados de los intereses de un grupo privilegiado que día a día ha logrado eliminar del mercado a más de 600 mil unidades de producción de igual número de productores”.
González Muñoz pidió a las instituciones de gobierno “poner un alto a la ilegalidad producto de la modificación de los alimentos, que permite altas ganancias a la industria de lácteos, sin considerar lo que pueda pasar con la población, además de que constituye una competencia desleal para los productores nacionales de leche y sus derivados”.
En este contexto, señaló que más de 11 mil pequeños y medianos productores de leche, se han refugiado en la empresa Liconsa, pese a una falsa percepción de que el gobierno no debe intervenir en la cadena de la leche, porque distorsiona el mercado.
“Tenemos la esperanza de que Liconsa se fortalezca con acciones de gobierno para que, a través de ella, más productores se integren y se abran otras opciones de comercialización, como ha sido solicitado desde hace tiempo por nosotros los pequeños y medianos productores, en el sentido de que se eleve la competitividad en el mercado nacional”, mencionó González Muñoz.
*Con información de la revista digital 2000 Agro