• Don Lucio y Juan son ejemplo de los miles de migrantes mexicanos emprendedores, quienes lograron elevar la calidad de vida de sus familias y comunidades a través de sus proyectos productivos

• Este Programa se ha comenzado a replicar en Centroamérica, Europa y Asia, para incentivar la participación de otras comunidades migratorias

Desde hace diez años los clubes de migrantes han contribuido al desarrollo del país con inversiones que superan los 2 mil 472 millones de pesos, cantidad que se ha triplicado con las aportaciones gubernamentales gracias al Programa 3 x 1 de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) que realiza proyectos de infraestructura urbana y de opciones productivas.

Como todos los programas sociales que instrumenta Sedesol, el 3x1 para Migrantes se sustenta en seis premisas básicas, entre ellas: Reglas de Operación públicas, padrones de beneficiarios que pueden consultarse en Internet, corresponsabilidad y participación ciudadana, y evaluaciones sistemáticas.

Además, es evaluado por organismos externos, nacionales e internacionales, lo que ha permitido fortalecerlo, corregirlo y apuntalarlo. En pocas palabras: se garantiza la limpia y transparente aplicación de los dineros de los propios migrantes y de los gobiernos federal, estatal y municipal destinados a obras y acciones de beneficio comunitario.

Don Lucio y Juan, quienes no se conocen, realizan trabajos diferentes y viven en pueblos separados por cientos de kilómetros, pero tiene un vínculo en común: el Programa 3x1 de la Secretaría de Desarrollo Social.

Ambos, en diferentes momentos y a través de sus clubes de migrantes, se incorporaron a este programa porque creyeron en él, al igual que sus familias y paisanos.

Sus proyectos fueron dos de los 11 mil 415 apoyados en las comunidades de origen de los migrantes, a través de los dos mil clubes o federaciones que se ubican, primordialmente, en 43 estados de Estados Unidos y Canadá. Dichas comunidades se encuentran en 29 estados de la República Mexicana.

Desde Quebec, Canadá, los familiares de Don Lucio vieron la oportunidad de invertir en un invernadero de jitomates hidropónicos. A su vez, Juan, laborando en las Vegas, Nevada, decidió volverse microempresario en ganadería, pues siempre ha conocido y gustado de ella.

Hoy, Don Lucio dirige su invernadero en Coayuca, municipio de Aquixtla, en medio de la neblina de la alta montaña de la sierra poblana.

Juan, oriundo de Paso del Macho, Veracruz, es un microempresario ganadero.

En ambos casos, tanto los familiares de Don Luis como el propio Juan se acercaron a los Consulados mexicanos de esas ciudades para conocer las características y requisitos del 3x1.

Más allá de las bondades de trabajo e ingreso económico que les representó incorporarse al programa instrumentado por la Secretaría de Desarrollo Social, algo que animó a Don Lucio, a Juan y a sus familias fue la transparencia del mismo.

Don Lucio y Juan son dos ejemplos de los miles de migrantes mexicanos emprendedores quienes, por iniciativa propia, con el apoyo de los diversos niveles de gobierno en nuestro país y con reglas claras y transparentes –sin ninguna connotación política- lograron elevar la calidad de vida de sus familias y comunidades a través de sus proyectos productivos.

Ambos están convencidos de que sus “dineros” aportados están bien acompañados de los que aportan igualmente Sedesol y los gobiernos estatales y municipales.

En el invernadero de Don Lucio trabajan directamente diez personas. Todos ellos han sido capacitados para sus respectivas tareas. El jitomate que se cosecha es de alta calidad y actualmente se vende en diferentes estados de la República, incluyendo el Distrito Federal.

En poco tiempo podrá exportar su producto, incluyendo, claro, a Canadá.

Don Lucio comenta que, gracias a proyectos realizados por 3x1, los jóvenes de las localidades en general tienen más opciones de trabajo, dejando en segundo plano la idea de emigrar.

Ahora, en Paso del Macho, Juan es un microempresario ganadero que da empleo a cinco jefes de familia que le ayudan en la crianza de ganado bovino con fines de comercio y beneficia a alrededor de 50 personas de la comunidad.

Juan ya planea aumentar el número de cabezas de ganado y parte de él destinarlo a la producción de leche y, después, elaborar y vender quesos.

“Sólo fue necesario creer en un programa como el 3x1. Aquí hay para trabajar y ya no pienso regresar a EU, menos ahora que tengo una familia que mantener”, dice Juan.

Este Programa 3x1 de Sedesol se ha comenzado a replicar en Centroamérica, Europa y Asia, para incentivar la participación de otras comunidades migratorias. Actualmente, la Sedesol asesora al gobierno de Honduras, nación que ya ha puesto en marcha su propio programa “Hagamos un trato, dando y dando”.

A su vez, el gobierno de Francia ha retomado la experiencia del “3x1” para desincentivar la migración africana y dar certeza económica a quienes retornan a sus comunidades de origen.

El 3x1 es una iniciativa solidaria y generosa, cuya fuerza radica en la sociedad civil organizada que desde el exterior aporta inversión privada al desarrollo social de sus comunidades de origen. Además, se ha ganado la confianza del migrante y sus familias de que el dinero que invierte es bien empleado, con trasparencia y rendición de cuentas.