El senador Marco Antonio Blásquez Salinas presentó una iniciativa para que los usuarios de servicios financieros que tengan créditos hipotecarios en Unidades de Inversión (UDIS) puedan convertirlos a pesos.

Para ello, propuso adicionar los artículos 49 bis a la Ley de Instituciones de Crédito y un cuarto párrafo al artículo 26 de la Ley del Banco de México.

Dijo que a los trabajadores se les ha “condenado” a un esquema de financiamiento “nefasto” en el que sus viviendas “son impagables” y si no se corrige “seguirán perdiendo” su patrimonio.

Actualmente, enfatizó, existen por lo menos cinco millones de viviendas deshabitadas en todo el país, según información del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).

Blásquez Salinas consideró que las UDIS son un sistema de inversión “sumamente tóxico” y “si realizamos una análisis serio nos daremos cuenta que gran parte de la desocupación de vivienda, de la pérdida del patrimonio del trabajador, se debe a que no existe una viabilidad en los esquemas de financiamiento”.

El legislador recordó que en diciembre de 1994 se desató en México lo que para muchos economistas e historiadores fue la crisis económica más aguda de su historia, pues en unos cuantos días el peso se devaluó en más del 100 por ciento respecto al dólar de Estados Unidos.

La devaluación detonó un aumento descontrolado de las tasas de interés que pasaron de 14.64 por ciento en noviembre de 1994 a 106.50 por ciento en abril de 1995, “tornando impagables los créditos de todo tipo”.

El Gobierno Federal tomó medidas considerando que no se trataba de la afectación a una sola o a unas cuantas instituciones de crédito sino que el sistema de pagos en su totalidad estaba en riesgo y con él, la economía en su conjunto.

Ante este panorama, agregó, surgieron las Unidades de Inversión, cuya finalidad era hacer viable el pago de los créditos denominando su monto con un valor de cuenta basado en la inflación.

La inflación en México durante 1994 estaba en niveles de 7.05 por ciento y para 1995 alcanzó casi el 55 por ciento, en su momento las UDIS permitieron aminorar los efectos de la “cresta” inflacionaria.

No obstante, desde su génesis, destacó, los créditos en UDIS han crecido casi 500 por ciento, de ahí la necesidad de brindar a los usuarios la opción de que se aplique la tasa que resulte más favorable entre UDIS y conversión a pesos para aminorar la pesada carga que han llevado a cuestas en estos últimos dieciocho años.