La incipiente democracia mexicana vive momentos cruciales. La falta de capacidad de las autoridades de distinto signo partidario para garantizar seguridad, empleos con ingresos decorosos, combate efectivo a la corrupción, educación, salud y seguridad social de calidad para todos, además del poco aprecio que muestran por las leyes vigentes, ha propiciado que la credibilidad de las instituciones republicanas esté por los suelos.

Lamentablemente, la descomposición institucional está llevando a millones de personas a alejarse de las instituciones por considerar que quienes desempeñan las diversas responsabilidades públicas solo protegen sus intereses particulares desentendiéndose del bienestar de todos.

Lamentablemente, son los Partidos y los Diputados quienes encabezan el escalafón del desprestigio. Decimos lamentablemente, porque creemos que cualquier régimen democrático requiere de un sistema de partidos representativo de la sociedad y capaz de articular los intereses legítimos existentes en ella, pero es un hecho que los partidos existentes requieren grandes transformaciones para superar la crisis de representación que han generado.

Mientas ello ocurre, es muy importante detener y revertir el desinterés creciente en los asuntos públicos. Sabemos que los legisladores federales y las legislaturas estatales compartieron esa convicción cuando aprobaron las recientes reformas en materia política para facilitar el ejercicio de los derechos a la consulta popular, iniciativa ciudadana y candidaturas independientes.

Demandamos a los legisladores locales de todos los partidos a hacer honor al voto afirmativo que emitieron al aprobar la minuta en la materia enviada por el Congreso de la Unión, a sus documentos básicos y plataformas; a la bancada priista para que honre los compromisos de su candidato presidencial; y a todos para que no retarden la reglamentación de las candidaturas independientes. De no hacerlo, el pueblo de Zacatecas se los reclamará.