*“Izquierda” ignorante, holgazana y espuria

Muchas personas deben preguntarse por qué los llamados partidos de “izquierda” –PRD, PT, PMC, entre otros- se han colgado de la promoción legislativa de la derecha del PAN para intentar democratizar la vida interna de los sindicatos y transparentar el manejo de los recursos financieros de estos organismos.

Una respuesta a esta pregunta quizás podría hallarse en el análisis de tres a cuatro causales aparentes.

La primera, la más inmediata o elemental, es que quizás no se les había ocurrido emprender una cosa así porque los sindicatos (al igual que las organizaciones campesinas) no son de su incumbencia pese a que los problemas de las clases proletarias “suelen” ser el principal motivo de preocupación de los partidos de izquierda.

La segunda causa de su oportunismo legislativo parece estar tanto en su ignorancia histórica como en su complacencia con el régimen capitalista, ya que da la impresión de que comparten la creencia de que para arreglar los problemas en México basta con dictar leyes sin emprender ninguna acción política pragmática en el terreno de los hechos.

Es decir, dan la impresión de desconocer u omitir que el México del “primer mundo” de nuestras perfectas y hermosas leyes constitucionales y reglamentarias no corresponde al México del inframundo neoliberal con sus 85 o 90 millones de pobres con distintos grados de pobreza financiera, alimentaria, social y patrimonial.

La tercera razón por la que nuestras supuestas “izquierdas” andan hoy hombro con hombro con la derecha panista, está en que por su excesivo electorerismo, su haraganería en materia de lucha social y su falsía o impostura ideológica quieren arreglar con leyes lo que deberían intentar componer con activismo político en los mismos sindicatos y en otras organizaciones gremiales.

En efecto, no estaría mal que los “izquierdistas” de hoy intentaran al menos hacer lo mismo que hicieron los viejos comunistas y socialistas mexicanos del siglo pasado, quienes entre los años 20 y 80 intentaron infiltrarse en los sindicatos “charros” y “blancos” para democratizarlos y sanearlos desde adentro o quienes, en el mejor de los casos, promovieron la creación de nuevas organizaciones laborales.

Una cuarta causa o razón advertida en esta actuación específica de las llamadas “izquierdas” se muestra en otra de sus evidentes fallas de congruencia ideológica, pues están apoyando una iniciativa de la ultraderecha mexicana cuyo objetivo último es la extinción del sindicalismo, ya que es impensable suponer que el partido de Vicente Fox, de Felipe Calderón y de Diego Fernández de Cevallos esté realmente preocupado por lo que ocurre en el interior de los sindicatos.