El Senado de la República pidió a la Secretaría de Economía que antes de autorizar la importación de frijol extranjero priorice la comercialización del producto nacional y suspenda de inmediato el cupo asignado para la compra de esta leguminosa a otros países.
Asimismo, solicitó a la SAGARPA que vigile que los productores de ese alimento obtengan un precio justo, digno, total e inmediato por la venta de su cosecha y que los acopiadores paguen de la misma forma a los campesinos por su producto.
De igual manera, hizo un llamado a los gobiernos de Zacatecas, Durango, Chihuahua, San Luis Potosí, Guanajuato, Sinaloa y Nayarit para que a la brevedad lleven acabo las acciones necesarias para operar y acordar los mecanismos para que los productores de frijol obtengan un pago justo en la comercialización de sus cosechas.
Al respecto, el senador Manuel Humberto Cota Jiménez explicó que debido a la sequía que se registró en el primer semestre de este año la Secretaría de Economía amplió el cupo de importación de frijol para llegar a 150 mil toneladas a finales de 2012, sin embargo “ya no se justifica en virtud de que los pronósticos del ciclo otoño–invierno tienen buenas estimaciones”.
Más aún --advirtió-- de continuar y cumplir con las metas fijadas en el cupo de importación autorizado se afectará de manera grave el precio interno de este producto y a los campesinos que con tanto esfuerzo producen la tierra.
Aseguró que con la producción interna es suficiente para cubrir la demanda de frijol en el resto del año, pero de seguir importando este alimento se concentrarían mas de 70 mil toneladas en menos de 3 meses, “lo que tendría resultados catastróficos”.
En opinión del senador José Rosas Aispuro Torres, uno de los riesgos que tienen los productores es que los comercializadores “se quieren aprovechar de actual situación para fijar el precio del frijol y aquí los que ganan son los intermediarios”.
Destacó que los campesinos no sólo tienen que cubrir las deudas que adquirieron para preparar sus tierras sino enfrentar “un serio problema de comercialización”, por lo que se hace un llamado a la sensibilidad de las autoridades para que no importen más leguminosa.
Consideró que la producción nacional es suficiente para abastecer el consumo interno y “si se autoriza la importación de frijol que sea hasta que se termine de comercializar la producción nacional”.
Por su parte, el senador perredista Benjamín Robles Montoya dijo que la “mala política económica” ha ocasionado mucho daño al campo y “nos ha metido en la mayor dependencia alimentaria de nuestra historia”.
Mencionó que según datos del Banco de México en este sexenio se han gastado más de 747 millones de pesos en importación de frijol, mientras que en los primeros ocho meses de 2012 se han desembolsado 203 millones de pesos, lo que representa más del 100 por ciento con respecto al observado en 2011.
Asimismo, subrayó que es aún más grave la inflación registrada en el precio del frijol, ya que desde 2006 al 30 de septiembre de 2012 tuvo un incremento de más de 157.15 por ciento, por lo que la solución real a este problema implica cambios de fondo a la política económica que permitan bajar los costos de producción y por ende el precio al consumidor.
En tanto, el senador Carlos Alberto Puente Salas respaldó el exhorto a la Secretaría de Economía, pues el frijol es un alimento primordial en la dieta de lo mexicanos y por sus beneficios no puede sustituirse por otro.
Advirtió que de seguir la importación de la leguminosa afectaría a los miles de productores nacionales, de ahí la urgencia de fortalecer la industria agropecuaria de México para garantizar la seguridad alimentaria.
A su vez, la senadora Martha Palafox Gutiérrez expresó que la importación del frijol “iría en contra de los productores nacionales que verían afectados sus ingresos y la venta de su producto”.
Por ello, se pronunció a favor de que la Secretaría de Economía impulse y apoye una comercialización de la producción nacional justa.
Finalmente, el senador priista Aarón Irízar López explicó que las importaciones tienen una razón de fondo, que es proteger el equilibrio en el consumo, pero en este caso no es adecuado permitir la entrada de más frijol porque sería un problema que se sumaría a los que ya tienen los productores mexicanos.