Nuria Urquía Fernández, representante en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), informó que actualmente hay 29 millones de mexicanos dedicados a actividades rurales, pero sólo 10 millones son económicamente activos.
Al participar en un foro en la Cámara de Diputados, dijo que se ha dado un incremento de la población ocupada en la zona rural, pero no crece en el sector agropecuario. "Está disminuyendo y se está dedicando a otras cosas que les dan mayores ingresos”.
Puntualizó que aproximadamente 30 por ciento de la población agraria no cuenta con los ingresos necesarios para cubrir la canasta básica alimentaria, creando la migración de actividades; es decir, productores agrícolas que se ocupan en otras actividades para asegurar ingresos.
Señaló que crear políticas diferenciadas solucionaría en buena parte los problemas del campo, pues las zonas agropecuarias tienen características distintas que requieren programas diseñados específicamente; además, apuntó, se debe concentrar la inversión pública y privada.
En su participación, Jaime de la Mora Gómez, director de Proyectos de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, aseveró que el sector agrícola del país vive un incremento en precios, por lo tanto una baja en producción que desestabiliza el mercado.
Propuso crear presupuestos multianuales, sistemas financieros incluyentes y la calendarización de obras. Con ello, dijo, se establecerá un ingreso efectivo que fortalecerá la agricultura.
Por otro lado, Alfonso Cebreros Murillo, coordinador institucional del Consejo Nacional Agropecuario, comentó que el Estado debería garantizar tres ejes al sector agrícola: investigación, sanidad e infraestructura.
Indicó que es vital rescatar a pequeños productores a partir de una diferenciación por zonas y tipo de producto; sólo así, aseguró, se podrá superar la barrera de la pobreza. Consideró que la modernización del campo ya agotó el modelo que por décadas se ha implementado.
De igual forma, demandó intensificar la agricultura sustentable, renovar los sistemas de extensión y reducir costos de producción, así como implementar sistemas agroalimentarios climatológicamente inteligentes. Todo agregó, por medio de la innovación de los niveles de producción agrícola.